Teresa Berenguer se siente joven y con ganas de hacer cosas que normalmente la gente de su edad no hace. El deporte para ella es esencial y se encuentra muy bien haciéndolo, “camino también aparte de hacer yoga y estoy feliz en ello”, afirma Teresa.
En su primera clase se dio cuenta de lo importante que es escuchar la respiración, más tarde aprendió a canalizar el estrés y las emociones, y hoy su marido también va a clases de yoga para controlar sus dolores de espalda.
Si a día de hoy alguien le dijera que no puede disfrutar del yoga y practicarlo por su edad, su respuesta sería clara, que la vea en su día a día. Continuará en el yoga siempre que pueda, y da igual que tenga 70 años que 80, si su cuerpo se lo permite, no lo dejará.
Beneficios del yoga
El caso de Teresa nos enseña cómo el yoga nos ayuda a conectar con lo más real de nosotros y nosotras mismas. Una práctica regular de esta disciplina nos fortalecerá, tonificando cada parte de nuestro cuerpo, y nos ayudará a desarrollar nuestra capacidad de resistencia y flexibilidad, permitiéndonos una conducción adecuada de nuestra energía, multiplicando nuestro poder de concentración y relajación además de mejorar nuestra circulación.
A nivel mental, las técnicas que se llevan a cabo en la práctica del yoga, sirven para calmar nuestro Sistema Nervioso, ayudándonos a mantenernos alertados, receptivos y saludables. Nos permiten librarnos de nuestros pensamientos negativos, centrándonos en la vivencia de nuestro presente. Produce estabilidad emocional: la relajación y reflexión ayudan a un mayor equilibrio y lo más importante, nos otorga un mayor conocimiento del yo: desarrolla las habilidades necesarias para comprender el funcionamiento de la mente y cuerpo.
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