Dos de los mejores boxeadores del peso pesado de todos los tiempos se enfrentarán por el título en su próximo combate. Por un lado, Tyson Fury, 'El Rey de los Gitanos', británico y excepcionalmente ágil a pesar de sus 2,06 metros y 115 kilos de peso. Por otro lado, Deontay Wilder, 'The Bronze Bomber', una auténtica máquina de golpear.

Los dos se tienen muchísimo respeto... o por lo menos se tenían. Desde el Fury - Wilder I que terminó en empate el 1 de diciembre de 2018, los dos púgiles han mantenido siempre una distancia de seguridad, que se ha roto en su última rueda de prensa.

Los boxeadores han tenido varios careos, pero el que se dio en Las Vegas fue el último antes de su combate. En los anteriores ninguno tuvo ningún tipo de repercusión. Tanto Fury como Wilder se limitaban a intercambiar 'piques' tranquilamente para luego irse cada uno por su lado.

Pero en la de ayer todo el buen rollo cambió. Deontay Wilder cogió el micrófono con muchas ganas, con la intención de responder unas declaraciones anteriores de Fury en otra entrevista. Los 5 minutos de cortesía de cada uno fueron interrumpidos por uno y otro durante toda la sesión.

Wilder empezó diciendo que sin él, Fury no habría sido nada, y que se habría quedado en su pozo de depresión que le tuvo apartado durante casi tres años. Esto no sentó bien a Fury, que perdió las riendas y se levantó de su silla insultando directamente al norteamericano: "Eres un enorme delgaducho maricón".

En el cara a cara final para la foto con el cartel, Fury y Wilder se pasaron cinco minutos mirándose fijamente, mientras se decían de todo. En un momento dado, Fury, más grande que Wilder, empujó con su cuerpo a su rival, que respondió con un empujón que lo mandó al otro extremo del escenario.

Fury volvió a su sitió a paso lento, pero cuando tuvo la oportunidad también le empujó. En ese momento, todos los colaboradores del evento y los compañeros de equipo de los púgiles saltaron al escenario para detener a los dos.

Fury y Wilder han vuelto a dar vida a la categoría reina del boxeo: los pesos pesados. A estos dos luchadores se les une Anthony Joshua, otro de los grandes aspirantes a ser el campeón de los campeones. Y es que hacía más de treinta años que no veíamos esta conjura de luchadores-rivalidad sobre el ring.

La última camada de superluchadores los tenemos en los 90, de la mano de Lenox Lewis, Evander Holyfield y Mike Tyson. Desde entonces algún luchador es notable, como Vitali y Wladimir Klitschko, pero sin ese tinte de enemistad que había.

Ahora, Wilder-Fury-Joshua presentan una nueva carrera por ser el más grande de todos los tiempos. En cuanto al combate que nos atañe, los dos boxeadores presentan características muy diferentes.

Wilder es una bestia. 43-0-1 con 41 KOs. Apodado 'The Bronze Bomber' un directo suyo puede suponer el fin del combate. Por otro lado, debe mejorar en defensa y movimientos sobre el ring, siendo su posición algo que preocupa a sus seguidores.

Tyson es inexplicable. Con más alcance que Wilder (216 cm frente a 210cm) y con más peso que Wilder (115 frente a 96), es el boxeador más ágil de toda la lista. No pega tan duro como Wilder y se puede resentir de la herida recibida en su último combate frente Otto Wallin.