El fútbol muchas veces no entiende colores y esta es una de ellas. Virginia Torrecilla representa algo más que una jugadora que lo da todo en el campo. Su lucha contra el cáncer ha servido de ejemplo para muchas personas y una fan del Real Madrid le ha querido dar su pequeño homenaje comprándose una camiseta con su dorsal.

Esta vez, Daya Florez ha dejado a un lado su pasión por el blanco para fijarse por el rojiblanco. La rivalidad de estos dos equipos se ha dejado a un lado y como ella ha dicho nunca pensó que ponerse una camiseta colchonera le diera tanta satisfacción.

“Hola Virginia Torrecilla. Cómo madridista que soy, jamás pensé en que vestiría una camiseta que no fuese la blanca con tanto orgullo. Pero llevar esta, con tu nombre, me hace inmensamente feliz. Te admiro como jugadora y como jugadora y como mujer guerrera y luchadora. ¡Volverás más fuerte!”.

Unas palabras que no han pasado desapercibidas para la jugadora del Atleti y le ha respondido con gran emoción. “No sabes lo feliz que me hace leer estas palabras. Ojalá más gente como tú que mire más allá de la rivalidad. Gracias por demostrar que el deporte es mucho más que colores”.

Gestos como estos dan sentido en muchas ocasiones al fútbol. Detrás de una camiseta o como bien dice Virginia unos “colores” hay personas. La lucha y el afán de superación de la futbolista del Atlético de Madrid es de admirar sea del equipo que seas.

Hace unas semanas ella misma daba a conocer que su tratamiento había finalizado, antes de someterse a él tuvo que ser intervenida de un tumor cerebral. "Hoy es un día muy feliz para mí porque he acabado por fin todos los ciclos de quimioterapia. los ciclos de quimioterapia.Desde el 14 de septiembre que empecé con el tratamiento, han sido momentos duros, pero he aprendido mucho he aprendido muchoy me he sentido siempre muy arropada por mi familia, mis amigos, mi equipo y todos vosotros", escribía en su perfil de redes sociales.

A partir de aquí comienza una cuenta atrás para volver a ver a la centrocampista sobre el césped. El camino será largo, pero ella nunca baja los brazos.