Los futbolistas suelen tener aficiones de lo más peculiares y extravagantes en ocasiones. A algunos no les vale con los videojuegos, el cine o los conciertos. Sino que optan por enseñarle al mundo deportes o pasatiempos de los que nadie había oído hablar.
Es el caso del Teqball, uno de los pasatiempos de moda entre los futbolistas, que combina el propio balompié con el tenis y la agilidad de movimientos. Es especialmente querida por los jugadores brasileños.
El teqball tiene semejanzas con el ping-pong. Se juega en una mesa similar a la del tenis de mesa, con la peculiaridad de que es curva. El objetivo es que el equipo rival –se puede jugar individual o en parejas- no llegue a la pelota y sumemos puntos.
El teqball tiene varias normas. Al igual que en deportes como el voleibol, solo se pueden dar un máximo de tres toques antes de devolver el esférico al otro lado de la pista.
Para ello, se puede utilizar cualquier parte del cuerpo, excepto manos y brazos. Otra de las restricciones es que no se puede tocar la pelota dos veces seguidas con la misma parte del cuerpo.
Los partidos se disputan al mejor de tres sets. Cada uno de ellos, con el objetivo de alcanzar los 20 puntos que otorgan el propio set, manteniendo una diferencia de al menos dos puntos, como en el tenis, para darse por válido.
A grandes rasgos, esas son las reglas del teqball, el deporte de moda entre futbolistas, que ya cuenta incluso con copa del mundo en disciplinas de dobles e individuales, con categorías masculinas y femeninas. Para ello, previamente, se creó una federación internacional (FITEQ).
Uno de los aspectos negativos del teqball es que su mesa, por ahora, tiene un precio bastante elevado. Si queréis compraros una mesa de teqball para poder jugar con vuestros amigos, o incluso competir, debéis saber que tienen un precio que oscila alrededor de los 3.000 euros. Por eso, quizás, es un deporte poco conocido por la sociedad en general.
Es popularidad lo que necesita el teqball, ya que según la propia generación y la gente que practica este peculiar deporte, la intención es que, en el futuro, se convierta en deporte olímpico. Aunque para eso todavía queda mucho camino por recorrer.
Curiosamente, la procedencia de este juego y del diseño de la mesa no es Brasil; sino de Hungría. La idea partió de un exfutbolista, un empresario y un científico.
La mesa, principal peculiaridad del teqball, es el principal aliciente de cada partido, ya que cada rebote en ella aporta de imprevisibilidad al desarrollo de la partida, obligando a los jugadores a realizar acrobacias o acciones inverosímiles que aportan ese componente que sorprende al espectador.
Puede que ahora no sepamos mucho del teqball, pero seguro que en los próximos años es una modalidad muy reconocida. Ya hemos visto a futbolistas de la selección brasileña como Neymar, Thiago Silva o Gabriel Jesús siendo unos habituales, compartiendo sus partidos en redes sociales.