El tenis tiene una terminología muy diversa y variada gracias a sus numerosos componentes. Muchos de ellos son bastante conocidos; pero ahora toca profundizar más en el grip, una parte fundamental de las raquetas.
Si nos limitamos a definirlo, el grip es la primera capa que envuelve la empuñadora de la raqueta. Es la cinta que cubre el mango por donde agarramos el material principal del tenis. Normalmente, cuando se compra una raqueta, el grip incluido no es de demasiada calidad, por lo que es recomendable cambiarlo.
La gran mayoría de grips se componen de poliuretano en la parte exterior y de poliamida en la interior para ofrecer un mayor grosor y ofrecer ese toque acolchado.
Se pueden reemplazar y cambiar para una mejor sensación del tenista. Hay modelos de grips con diferentes anchuras para ajustarse a las manos del jugador, en función de su edad o tamaño. Hay varios tamaños de grip.
En las medidas europeas van de tallaje 0 a 5, habiendo seis tallas en total. Es determinante escoger bien; hay varios ‘trucos’ para identificar el tamaño perfecto de grip según el tamaño o postura a la hora de coger la raqueta.
Entre los trucos que se pueden emplear para acertar con el grip que necesitamos, es recomendable el de coger la raqueta con la empuñadura y colocando el dedo índice de la otra mano en el espacio que queda entre el anular y la palma. Si no entra, es pequeña y, si entra y queda espacio, es que es demasiado grande. El término medio es la clave para escoger la mejor opción.
Si no se tiene una raqueta a mano, se puede medir la talla de la empuñadura con una regla: con la mano abierta y los dedos juntos y estirados. Alineando la regla con el músculo inferior de la palma y tomando la medida hasta la punta del dedo anular.
Es posible aplicar un grip de repuesto directamente sobre el mango de una raqueta. Tienen una superficie adhesiva para proporcionar un mejor agarre y, además, amortiguan el contacto con el material de la raqueta, dando como resultado un manejo más cómodo, necesario para golpear a la pelota con una mejor eficiencia.
En algunos casos se opta por añadir un sobregrip, ya que tienen una superficie ligeramente adhesiva para proporcionar un agarre extra y son más acolchados que el grip para una mayor comodidad.
Grip es, por tanto, la parte donde confluyen las manos del deportista con la raqueta, por lo que es importante escoger correctamente, ya que determinará un mejor rendimiento en la cancha.
La elección de un grip que no se amolde a nuestras características puede desembocar en un menor rendimiento del juego o, incluso, en lesiones.
Al escoger un grip pequeño se provoca que el brazo y la mano tengan que ejercer más fuerza a la hora de sujetar la raqueta, provocando más fatiga, creando callos o ampollas o aumentando el riesgo de una tendinitis. Si se escoge uno más grande, afecta al movimiento natural de la muñeca, restando aceleración y dificultando los golpes con efecto; además, al tener que ejercer más fuerza de lo normal, puede acarrear lesiones musculares, como la conocida como codo de tenista.
Es importante cambiar los grips a menudo, ya que con el desgaste, pierden sus condiciones. Un grip en perfecto estado incrementa la confianza y la seguridad del tenista.