La Fiscalía Provincial de Valencia solicita una pena de dos años de prisión para el expresidente del Valencia y exdelegado de la Selección Pedro Cortés por un abuso sexual a un menor.
Así se desprende de la calificación, en la que la fiscal atribuye a Cortés un delito de abuso sexual sobre mayor de 18 años y menor de 16 años.
Este asunto se tramita en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Paterna (Valencia), que abrió diligencias en noviembre de 2020 a raíz de la denuncia de un jugador de la cantera del Valencia CF contra Cortés por presuntos abusos sexuales. Recientemente se dictó un auto de procesamiento y el juez dio un plazo a las partes para pedir la apertura de juicio o el archivo del caso.
La fiscal ha solicitado la apertura de juicio contra Cortés y, junto a la pena de cárcel, requiere que al acusado se le prohíba aproximarse a una distancia no inferior a 500 metros respecto de la víctima durante cuatro años. En concepto de responsabilidad civil le reclama 6.000 euros por los perjuicios ocasionados al menor, más los intereses legales.
Tal y como recoge la fiscal, los padres del joven, nacido en 2004, suscribieron un contrato de representación en el desarrollo de la actividad futbolística con una mercantil gestionada por el hijo del acusado.
Este hecho --siempre según el mismo escrito del ministerio público-- facilitó que el acusado tuviera contacto de manera habitual con el menor, quien vivía en la residencia de la Ciudad Deportiva del Valencia CF.
Como consecuencia del contacto que Pedro Cortés mantuvo con el joven y debido al reconocimiento del acusado en el mundo del fútbol, se fraguó una relación de confianza de la víctima con el acusado.
El 22 de noviembre de 2020, como en otras ocasiones, el acusado invitó al menor a comer junto a su familia, por lo que sobre las 13 horas le recogió y se desplazaron ambos hasta un restaurante de la ciudad de València, donde estuvieron con otros familiares de Cortés.
En un momento dado, según recoge la fiscal, durante la comida, Cortés, con ánimo libidinoso, se aproximó al oído al menor y le susurró "te voy a comer enterito", si bien la comida continuó con normalidad.
Una vez concluyeron, el acusado se dirigió junto con el menor en su vehículo hacia la Ciudad Deportiva y en el trayecto Cortés posó su mano derecha en el muslo izquierdo del menor y comenzó a hacerle masajes en forma circular.
Desplazó su mano hasta la zona genital del joven y llegó a colocarla sobre las partes íntimas. En ese momento el menor apartó la mano de Cortés, quien acto seguido le dijo a la víctima: "Vida hay solo una y hay que disfrutarla". Los padres del menor reclaman por estos hechos.