El fútbol mexicano se vuelve noticia en todo el mundo y no por un hecho bueno. Los aficionados más radicales de Querétaro y Atlas se enfrentaron en una tremenda barra campal en donde los más perjudicados salieron los hinchas que de verdad fueron a ver el fútbol.
Las imágenes de la multitudinaria pelea es impactante por la brutalidad de la violencia que se emplea y también dejó videos en los que se podía ver cómo familias que habían ido a ver su deporte favorito salían huyendo despavoridas de esa tragedia.
Se pudo ver a una familia con los padres y dos niños saliendo a correr por el césped y coger una de las salidas para salir del estadio. Lo curioso estaba en uno de los menores que no portaba la camiseta de su equipo para no ser agredido por los aficionados de la hinchada rival.
El sindicato internacional de futbolistas (FIFPRO) lamentó y condenó "los actos aberrantes ocurridos en el Estadio Corregidora de México", donde resultaron heridas 22 personas, dos de ellas de gravedad, por una pelea entre aficionados mientras se jugaba el partido Querétaro-Atlas que tuvo que ser suspendido.
"A la espera de confirmaciones oficiales, nuestros pensamientos están hoy con las víctimas y los afectados de tan lamentable jornada", indicó este domingo el sindicato que preside David Aganzo, presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
El partido Querétaro-Atlas, de la novena jornada del Clausura del fútbol mexicano, fue suspendido tras los actos de violencia que terminaron con invasión de la cancha por parte de los aficionados, en los que se registraron un total de 22 heridos, dos graves, según los datos de Protección Civil.
Tras estos hechos la Asociación Mexicana de Futbolistas pidió la suspensión de la jornada, en la que había previstos tres partidos este domingo, como así confirmó después el presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, en solidaridad con los afectados.
El partido tuvo que ser suspendido en el minuto 62 después de que espectadores comenzaran a invadir el campo para evitar una violenta pelea entre hinchas de ambos equipos en las gradas, lo que provocó que los jugadores se refugiaran en los vestuarios y el árbitro diera por terminado el encuentro.