Manuel Herrera Perejón (Benacazón, Sevilla), ex líder de los ultras del Betis, se dio a conocer a nivel nacional por una brutal paliza a un joven vasco en la Plaza Nueva de Bilbao en abril de 2017 horas antes de un partido de los verdiblancos en San Mamés. El radical ya estaba ‘fichado’ por la Policía con un amplio historial delictivo que ha ido aumentando con el paso de los años.

Hace un año reapareció tras sufrir una paliza durante los carnavales de Tenerife a las puertas de una discoteca. Herrera, eufórico y a altas horas de la madrugada, se encaró con varios miembros de seguridad del local y necesitó la ayuda y asistencia de la Policía Local de Santa Cruz.

Tras ese incidente el radical intentó vengarse buscando sin éxito por la isla a sus agresores. Ahora Manuel Herrera vuelve al primer foco al caer dentro de la ‘Operación Apium’ –conjunta de la Policía Nacional y Guardia Civil- por presuntos secuestros y palizas en Andalucía.

Al ultra se le achacan delitos de secuestro, lesiones graves, contra la salud pública, tenencia ilícita de armas, robo con fuerza y pertenencia a grupo criminal. Herrera era la cara visible del grupo criminal y desde el pasado mes de junio se encuentra en prisión.

En varios vídeos dentro del sumario –a los que ha tenido acceso ‘Diario de Sevilla’- se puede ver a Herrera, con una arma en la mano, y asegurando que “Patrón, aquí está el estafador... Dice que no conoce a nadie, ni en las Tres Mil ni en el Polígono Norte. Lo voy a meter en la casa y ahora vienes tú de la playa”.

No es la primera vez que Herrera cae dentro de una operación policía. En el año 2018 fue detenido en el marco de una operación antidroga en Sevilla. Además tiene el acceso prohibido a todo recinto deportivo.

El ex líder de Supporters Sur tiene un cuerpo esculpido en el gimnasio y con números tatuajes, la mayoría de identidad nazi. . En uno de los gemelos de sus piernas lleva tatuadas las letras A. H. T. R.: “Adolf Hitler tenía razón”. Dibujos que fueron claves para su detención en innumerables ocasiones.

Herrera cuenta con antecedentes de película que pasan desde agresiones en los aledaños de estadios de fútbol, palizas a jóvenes en locales de ambiente gay a fugas al volante y disparos con bala. En su ‘curriculum’ policial aparecen delitos de homicidio en grado de tentativa a lesiones, pasando por atentados y extorsión.