Loris Karius siempre será recordado, por desgracia, por su desastrosa actuación en la final de Champions League de 2016 frente al Real Madrid. El portero defendía la portería del Liverpool y encajó hasta tres goles, todos ellos con errores garrafales, sobre todo el primero que anotó Karim Benzema.
Que Klopp no cuente con él después de sus cesiones ha hecho que el guardameta explore otros terrenos, como el gimnasio y las pesas. El cambio físico es asombroso.
Después de los fallos garrafales que han condicionado su carrera desde que los cometió, el Liverpool decidió mandar a Karius cedido dos años al Beskitas y posteriormente al Unión Berlín. En su lugar, ficharon a Alisson Becker, portero titular en la actualidad.
Después de sus aventuras en Turquía y Alemania, regresó a las filas de Jürgen Klopp con un puesto totalmente residual y secundario: no ha estado convocado en ningún partido de la temporada de los ‘reds’. Por ello, Karius ha buscado otros hobbies como el gimnasio. Y así lo hizo saber en sus redes sociales. El alemán ha publicado una fotografía donde se aprecia su asombroso cambio físico, mucho más musculado.
“Una tarde bien aprovechada”, escribió debajo de la instantanea el portero que lucía la ropa de entrenamiento de su club, unas Jordan y unos guantes de gimnasio. Este no fue el único mensaje positivo que quiso mandar a sus fans, y es que posó con una frase motivacional que se encontraba plasmada en una pared: “No sueñes con ello… Entrena para ello”. Las reacciones de sus seguidores han sido todo elogios.
“Una vez que ves los resultados se convierte en una adicción”, expresó Karius. Desde luego, parece una adicción porque no ha parado de subir publicaciones e historias a Instagram con su cambio.
Entre lágrimas salió Karius de aquella final de Champions del 2016 en Kiev frente al Real Madrid que sentenciaría su carrera de por vida.
El guardameta alemán trató de explicar a que se debían sus fallos, alegando que tras un choque en el minuto 48 con el ahora excapitán de los blancos, Sergio Ramos, su visión no fue la misma. “Ramos limitó mi visión en el partido. Creo que debería haber informado lo que me pasaba mucho más rápido. Nunca he usado esto como una excusa, pero cuando alguien se ríe de una persona que tiene herida la cabeza de gravedad, pues me cuesta entenderlo”, explicó para Bild.
“No pude dormir por dos días. Es una locura que desde el anonimato me insulten y hasta me insulten de muerte. Todo tiene un límite”, relató sobre su infierno.