Asanas de yoga para lograr un mayor equilibrio
Al mejorar el equilibrio tendremos un menor riesgo de sufrir caídas y lesiones
En cualquier tramo de edad en el que se encuentre una persona, hay una serie de características que el cuerpo debe tener para encontrarse físicamente saludable. Se trata de agilidad, velocidad, coordinación y potencia, cualidades vitales para el día a día. No obstante, muchas veces nos olvidamos de otra habilidad que es más que necesaria: el equilibrio, parte fundamental de los beneficios del yoga.
El equilibrio es la capacidad de poder mantener una posición, gracias a movimientos compensatorios, en el espacio-temporal, independientemente de cuál sea la movilidad que se ejecute. Los distintos receptores del equilibrio que tenemos en nuestro cuerpo envían información constantemente al cerebro y, si ésta es correcta, tendremos menor riesgo de caídas y lesiones.
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Para eso, el yoga puede ser un aliado muy a tener en cuenta. Los asanas de equilibrio en el yoga son muy importantes porque desarrollan las funciones del cerebelo, la parte de cerebro que controla la manera en que funciona nuestro cuerpo en movimiento. De manera que trabajar con intensidad este grupo de posturas repercutirá positivamente en todos los demás ejercicios de yoga.
Además, los ejercicios de yoga de equilibrio mejoran la coordinación de los músculos y la postura, lo que provoca una mayor estabilidad a nivel físico y nervioso, y evitan movimientos inconscientes, lo que nos ahorra energía y nos permite alcanzar más fluidez y gracia.
Vamos a repasar los 5 asanas de equilibrio más destacados y que puedes hacer como principiante o como usuario avanzado de yoga. Para los primeros, los más novatos, pueden resultar complicadas en un principio, pero se debe desesperar: con algo de tiempo y práctica se logrará completarlas enseguida con éxito.
Postura del árbol
También conocido como Vriksasana, en este asana hemos de permanecer en pie, con una pierna estirada y la otra doblada y con los brazos elevados, simbolizando las piernas las raíces de un árbol que lo unen a la tierra, y los brazos las ramas que crecen hacia lo alto..
La secuencia para realizar la postura del árbol es: empezamos doblando la pierna derecha y cogiendo por el tobillo colocamos la planta contra el interior del muslo derecho. El talón debería estar cerca del perineo y la rodilla derecha debería dirigirse hacia el lado. Una vez el cuerpo está en equilibrio podemos colocar las manos juntas delante del esternón o bien levantar los brazos y mantenerlos estirados. Al deshacer esta postura de yoga, que debe durar hasta unos dos minutos, nos relajaremos en el punto de partida y cambiaremos el lado, tomando la pierna derecha como base y doblando la izquierda.
Postura del Shiva danzante
Este asana, también denominada Natarajasana, es bastante complicado de realizar sin práctica, pero a base de repeticiones se podrá aprovechar al máximo. Los pasos para realizar la postura de Shiva danzante son: estando de pie, hay que mantener una pierna firme (por ejemplo, la derecha) y coger con la mano izquierda el empeine del pie izquierdo y flexionar la rodilla. Lleva el pie hacia arriba y hacia atrás e imagina que quieres alejar tu pierna de la cabeza. Mantén tu torso y tu mirada hacia el frente, levanta tu brazo derecho hacia arriba en paralelo a tu pierna flexionada y mantén el equilibrio. No es necesario permanecer en la postura durante un largo periodo de tiempo, pues se corre el riesgo de perder la activación muscular profunda. Tampoco hay que tratar de forzar la espalda y dejarse guiar por las sensaciones.
Postura del guerrero tres
También denominada Virabhadrasana III, en este asana de equilibrio lateral lo más importante es no perder el centro de gravedad y su conexión con la pierna de apoyo. Por ello, hay que ir realizándola poco a poco y se puede ayudar, en un primer momento, de las manos a la altura de la rodilla hasta que estabilices el estiramiento de la espalda.
Para realizar la postura del guerrero tres, cuando estés de pie, con los brazos relajados que caen sobre tu cuerpo, das un paso grande atrás con el pie izquierdo y llevas todo tu peso sobre la pierna derecha que debe de estar completamente estirada y con el pie firmemente apoyado en el suelo. Simultáneamente, levantas poco a poco y con control la pierna izquierda y estiras los brazos hacia delante juntando las palmas de las manos, formando una línea recta con tu pierna izquierda, quedando el cuerpo en forma de “T”. Te mantienes unas 5 respiraciones y luego cambias de pierna de apoyo.
Postura del águila
Este asana, que también se conoce como Garudasana, es uno de los ejercicios de yoga más completos, pues trabajarás, entre otros, brazos, hombros, espalda, pecho, piernas, tobillos, pantorrillas y muslos.
Para completar la postura del águila, ponte de pie en Tadasana y dobla ligeramente las rodillas. A continuación, levanta el pie izquierdo y, en equilibrio sobre el pie derecho, cruza el muslo izquierdo sobre el derecho. Apunta los dedos del pie izquierdo hacia el suelo y trata de enganchar la parte superior del pie detrás de la pantorrilla derecha.
Ahora, estira los brazos hacia adelante, paralelos al suelo, y abre tus escápulas ampliamente en la parte posterior del torso. Cruza los brazos delante del torso para que el brazo derecho esté por encima del izquierdo y luego dobla los codos. Aprieta el codo derecho en el hueco del izquierdo, y eleva los antebrazos perpendiculares al suelo. El dorso de las manos debe estar uno frente al otro.
Empuja con la mano derecha hacia la derecha y la mano izquierda a la izquierda, de manera que las palmas se enfrentan ahora la una a la otra. El pulgar de la mano derecha debe pasar por delante del dedo meñique de la mano izquierda. Ahora presiona las palmas de las manos (tanto como sea posible para ti), levanta los codos, y estira los dedos hacia el techo.
Puedes permanecer en este asana entre 15 y 30 segundos, o lo equivalente a la duración de cinco respiraciones completas, y luego descansa las piernas y los brazos y quédate de pie en Tadasana nuevo. Repite el procedimiento durante el mismo período de tiempo con los brazos y las piernas contrarias.
Postura de la silla con torsión
Para realizar la postura de la silla con torsión o Parivrtta Utkatasana debes comenzar de pie en Tadasana con los pies separados el ancho de las caderas, inhala y extiende los brazos por encima de la cabeza, elongando la columna. Con la exhalación flexiona las rodillas e inclínate hacia delante.
Con los pies empujas al suelo y desplazas los brazos y el pecho hacia arriba y hacia delante, de tal forma que la columna y los brazos queden finalmente en paralelo al suelo. Respira manteniendo la postura, llevando los isquiones al techo y sintiendo cómo las piernas trabajan.
En la siguiente exhalación gira el pecho hacia la derecha e inclínate hacia delante para que el codo izquierdo toque la cara exterior de la rodilla derecha. Permanece en el asana durante seis respiraciones. Deshaz la postura suavemente, primero girando el tronco para después elevarte y realizar el asana cambiando de pierna.
Los asanas de yoga son una gran ayuda para lograr un mayor equilibrio corporal. Practicando con paciencia se conseguirán llegar a realizar perfectamente esos asanas que conseguirán ayudar a nuestro cuerpo a evitar caídas y lesiones en el futuro.