Esquiar por primera vez con niños es algo que todos los aficionados al mundo de la nieve quieren hacer cuanto antes con sus hijos. Pero enfrentarse a los esquís con los pequeños de la casa no es sencillo: el frío, el hecho de enfrentarse a algo desconocido que no conocen y que no siempre salgan las cosas como ellos esperan pueden dificultar el primer contacto de los niños con la nieve.
Para intentar que este trámite pase lo mejor posible hemos reunido estos seis consejos para esquiar con niños por primera vez.
El primer día que tú fuiste a esquiar no sabías hacerlo. Es probable que no lo recuerdes, pero también tuviste que aprender de cero. Ahora eres tú el que se enfrenta a la tarea de esquiar con un niño y tienes un claro objetivo por delante: que le guste este deporte tanto como a ti.
Por eso, el primer consejo solo puede ser uno: que el niño se divierta mientras aprenda a esquiar, que se lo pase bien, que se ría en la nieve, incluso cuando se caiga, y que tenga ganas de volver. Si lo consigues el primer día, habrás dado un paso de gigante; si no, no desesperes.
Los expertos cifran en los 4 ó 5 años la edad ideal para aprender a esquiar, aunque las pistas están llenas de niños más pequeños que ya se calzan sus esquís y de otros que han esperado más para dar sus primeros pasos sobre la nieve.
Sea como fuere, es vital no querer que aprenda todo de golpe: que comience por mantenerse en pie, que no es poco, y que vaya evolucionando poco a poco. Su bajo centro de gravedad le ayudará en su objetivo rápidamente.
Partiendo de la base de que es primordial no meter presión a los pequeños en su aprendizaje y que deben divertirse en la nieve, también hay que ponerse en su piel para pensar en algo básico: que no pasen frío. Si no están a gusto no querrán volver, así que tienen que llevar una chaqueta que les proteja de las bajas temperaturas y ropa térmica que no deje penetrar al frío y la humedad.
Un truco es llevar dos prendas de cada una de las vaya a utilizar para que en el caso de que se moje o esté incómodo, se le pueda cambiar y seguir adelante.
Muchos padres deciden ser ellos mismos quienes inicien a sus pequeños en este deporte pero, aunque tienen los conocimientos sobre cómo esquiar bien, no dominan el hecho de enseñar a los demás.
Por eso, en la mayoría de los casos la mejor opción es contratar un monitor o unas clases en grupo para que los niños aprendan los conceptos básicos: están acostumbrados a lidiar con los pequeños y les enseñan a través de juegos para que aprender sea un pasatiempo.
Una buena parte de un día en la nieve se pasa en el telesilla, subiendo a las cumbres para después deslizarnos por las pistas.
Cuando vamos solos es normal disfrutar de las vistas o aprovechar para descansar, pero los niños necesitan algo más: trata de que el viaje sea divertido, juega con él y cuéntale cosas curiosas sobre las montañas o la propia nieve. Y explícale con cariño cómo debe sentarse y ten paciencia, mucha paciencia, si no le sale a la primera: nadie nació aprendido.
Los adultos tenemos nuestros horarios: desayunamos, almorzamos, etc. Pero los niños no saben que van a estar unas determinadas horas sin comer, por lo que les puede aparecer el hambre en cualquier momento.
Para que una rabieta no arruine un fantástico día de nieve, lleva siempre contigo algo de comer, a ser posible algo que le guste al pequeño y que le ayude a recuperar fuerzas. Te lo agradecerá con una enorme sonrisa.
Esquiar con niños es apasionante y, sin duda, un lujo para los amantes de este deporte. Pero si quieres que a los pequeños les pique el gusanillo de la nieve, sigue estos seis consejos para iniciar a tus hijos en el esquí de tal manera que se conviertan en aficionados para toda la vida, porque podréis disfrutar juntos de una de tus pasiones.