Las lesiones musculares son uno de los grandes némesis de los deportistas. Suelen ser las afecciones más habituales a la hora de hacer ejercicio, y pueden producirse tanto en medio de un entrenamiento básico o, por supuesto, en plena competición. Incluso en un calentamiento si no estiramos en condiciones los músculos.

Por eso, es importante prevenir, en la medida de lo posible, las lesiones musculares. Hay que tener en cuenta que hay diversas formar para tratar de evitarlas. Esguinces, contracturas o calambres son muy habituales en el mundo del deporte, y hay formas de minimizar estas lesiones.

Obviamente, hay que tener en cuenta que factores como la edad, el estado de salud o la actividad física que se realice, son algunos de los aspectos ligados a estos tipos de lesiones. Pero hay mucho más allá que hay que tener en cuenta a la hora de cuidar nuestros músculos y evitar, en la medida de lo posible, que nos den un disgusto en plena competición.

Como prácticamente en todo lo relacionado con nuestro cuerpo, lo más importante es cuidar nuestra alimentación. Debemos tratar de tener una dieta equilibrada, ya que eso repercute directamente en nuestro rendimiento deportivo, y minimiza el riesgo de problemas musculares.

Por ello, deberíamos tener en nuestra rutina alimenticia siempre alimentos ricos en hidratos de carbono, sin olvidar las proteínas orgánicas para que nuestro cuerpo tenga todo lo que necesita. También es aconsejable evitar refrescos con gas o bollería industrial en la medida de lo posible.

Por supuesto, otro aspecto que debemos muy tener en cuenta para la buena salud de nuestros músculos es la hidratación. Más de la mitad de nuestro cuerpo es agua, y resulta esencial para evitar lesiones musculares, debido a que con el agua se mejora la flexibilidad de tendones y músculos.

Es una de las razones por las que se recomienda tan encarecidamente el beber dos litros de agua al día. Cada persona tiene unas necesidades y un deportista seguramente necesite hidratarse más ya que expulsa esa agua en sudor al hacer ejercicio. Depende, principalmente, de su condición física.

Otro aspecto que no se suele tener en cuenta y resulta muy importante para mantener a raya las lesiones es el estado emocional. Esto puede repercutir en lesiones. Un bajo estado anímico puede propiciar que nuestra preparación no sea la adecuada, afectando de forma negativa a nuestro rendimiento. La motivación es vital en el deporte y, si estamos tristes, se desgastará con mayor rapidez, pudiendo provocar traumatismos. Además, también puede afectar a la recuperación que una persona tenga baja la autoestima.

Estos patrones no solo son indicaciones para deportistas, sino para cualquier persona. Una mala acción o movimiento puede propiciar que tengamos molestias en alguna parte del cuerpo. Por lo que estas recomendaciones deben incidir también en el ámbito cotidiano y laboral de las personas.

Por tanto, una alimentación equilibrada, evitando en la medida de lo posible la alimentación industrial, mantenernos correctamente hidratados y tener la moral lo más alta posible a la hora de practicar deporte, son los factores principales que nos ayudarán a no tener lesiones al hacer ejercicio o en nuestro día a día.