Con el paso de los años vemos cómo nos cuesta más ser flexibles. Es un problema que se puede solucionar con el entrenamiento adecuado, para aumentar la capacidad de nuestras fibras para estirarse ante un movimiento.
Con la edad, las fibras pierden colágeno y, el sedentarismo puede influir a que el problema se acrecente. Con ejercicios para mejorar el estado de nuestros músculos y fibras, podemos paliar el problema.
Realizar ejercicios de elasticidad o flexibilidad no solo nos ayudará como calentamiento para realizar prácticas deportivas, sino que también mejorará nuestro día a día, aunque no hagamos ejercicio. Practicando este tipo de movimientos de forma frecuente, notaremos cómo podemos realizar más acciones con nuestro cuerpo de forma natural, sintiéndonos mejor y, gracias a la memoria muscular, alcanzaremos zonas que antes parecían imposibles.
Trabajando la flexibilidad estática podemos realizar el estiramiento adecuado para un óptimo estado de salud. Buen ejemplo son estos ejercicios de flexibilidad para hacer en casa.
La parte baja de la espalda es una de las partes del cuerpo que más se resiente. Si nos tumbamos, agarrándonos de la rodilla y tiramos de la pierna hacia el pecho -manteniendo estirada la otra pierna- ejercitaremos una de las partes más delicadas.
Sentados en el suelo, tenemos que cruzar una pierna sobre la otra, con la rodilla flexionada. El objetivo es el de poner en el codo opuesto a la rodilla flexionada y estirar para que nuestra espalda note el movimiento y se estire. También se puede realizar tumbados, cruzando las piernas en su dirección opuesta de forma alterna.
Hay varias formas de estirar los abductores. Una de las más sencillas es sentarnos en el suelo, juntar las plantas de nuestros pies y bajar las piernas lo máximo posible, hasta que notemos cómo tira la zona indicada. Para aportarle un mayor hincapié al ejercicio es posible inclinar el torso para hacer una mayor incidencia en la musculatura a estirar.
Hay diversas formas de trabajar los isquiotibiales. Desde subir la pierna a lo alto y tirar hacia abajo para estirar el músculo; o sentarnos con una pierna estirada, tratando de alcanzar la punta del pie con las manos. Cualquiera de las dos opciones es buena.
También podemos hacerlo tumbados, llevando nuestra rodilla hasta el pecho. Los isquiotibiales se pueden trabajar de diversas formas para mejorar su flexibilidad. Es una de las zonas que puede servirnos como indicativo para comprobar el estado de elasticidad de nuestro cuerpo, ya que es uno de los ejercicios donde más notaremos si nuestros músculos gozan de un buen estado de salud, o no.
Una postura de yoga que sirve para el día a día, estirando la espalda y los glúteos. Tumbados boca arriba y con los pies a la altura de los hombros. Uno de los ejercicios más recomendados en cualquier práctica física, ya sea a la hora de hacer estiramientos previos a una sesión de deporte o en el mencionado yoga.
El objetivo es el de hacer fuerza y arquear la espalda para estirar toda la parte trasera de nuestro cuerpo. De esta forma, ejercitaremos toda la zona de la espalda, haciendo una mayor influencia en la zona de las lumbares e incluso en los glúteos; músculos que no siempre se trabajan de forma correcta.