Después de haber ganado en dos ocasiones el Rally Dakar, Carlos Sainz quiso poner a prueba sus límites en la última edición del reto más complicado para cualquier piloto de automovilismo.
Para Sainz es un valor añadido. Con sus 57 años todo el mundo le decía que dónde iba a competir en una carrera tan dura. Que se retirase y disfrutara de la vida, que no tenía nada que demostrar a nadie.
Pero es competitivo por naturaleza. Durante los meses previos al último Dakar, pudimos ver en sus redes sociales cómo se preparaba de forma concienzuda para competir en una complicada carrera. Una preparación diferente para una persona de 57 años, que se mantiene en una forma física que ya quisieran muchos jóvenes.
Este trabajo, esta filosofía del esfuerzo, fue la causante de que Carlos Sainz ganase su tercer Rally Dakar. Un hecho histórico para un deportista que parece no tener límites.
La edición tuvo lugar del 5 hasta el 17 de enero de 2020 en Arabia Saudita, disputándose por primera vez en Asia, y por segunda vez se disputó dentro de los límites de un solo país, al igual que ocurrió en la edición 2019 en Perú.
Esta vez, a bordo de un Mini JCW BUGGY, Sainz se enfrentaba a una competición que quería ganar como sea, a pesar de la incertidumbre del trazado saudí. Y con los focos mediáticos puestos en Fernando Alonso, que partía en la salida por primera vez en su carrera.
Un trazado muy complicado que llevó a los pilotos por un total de 7856 kilómetros, de los cuáles, más de 5000 serían cronometrados y un 70% del recorrido en desierto, con lo imprevisible que resulta de por sí. Talento, pericia y una pizca de suerte son las claves para salir gloriosos de unas condiciones así.
Junto con su inseparable Lucas Cruz, la carrera fue más plácida de lo que cualquiera habría esperado. El dúo venció en la tercera etapa y, desde ese momento, conservaron el liderato hasta el fin de la competición. Aunque tuvo sus momentos duros, nadie fue capaz de arrebatar el trono del piloto madrileño, que se llevó cuatro etapas, siendo la ocasión en la que más ha ganado al llevarse el campeonato.
El piloto español completó el recorrido en un total de 42 horas, 59 minutos y 17 segundos. Una victoria no tan holgada como la última que obtuvo. Aventajó a dos habituales en la clasificación. El segundo puesto fue para Nasser Al-Attiyah, a 6:21 de Sainz, y el bronce fue para Peterhansel. Compañero de equipo también en MINI de Sainz, quien quedó a 9:58 del madrileño.
Carlos Sainz además hacía historia al haber ganado tres Dakar con tres escuderías diferentes (Volkswagen, Peugeot y MINI). Un hecho que habla de su enorme talento al volante sea cual sea la carrocería y el interior del vehículo que le toque conducir.
Un deportista español legendario que, probablemente, no haya escrito su última página histórica. Aunque planea la idea de una retirada definitiva en todo lo alto, su carácter competitivo probablemente haga que quiera partir, un año más, a tratar de conseguir su cuarto Dakar.