Royston Drenthe fichó por el Real Madrid en el 2007 e iba a ser una de las estrellas de futuro, pero finalmente acabó protagonizando más noticias de fuera de la cancha que dentro. Después de varios años por diferentes equipos de todo el mundo acabó en el Racing de Mérida, pero tras unos pocos meses se fue de nuevo a su país.
El exjugador blanco iba a entrenar a un club neerlandés, al Kozakken Boys, de Werkendam. Ahora se ha sabido que no solo se dedica a este nuevo rol en el fútbol, sino que fuera de él también tiene un trabajo.
“Toda mi familia se ha dedicado siempre a la atención sanitaria. Mi tía Helen es enfermera. Mi madre y mi tía trabajan en cuidados. Hace unos años ya pensaba: ‘¿Por qué no hago también formación y cursos y veo lo que me aporta?’”, ha comenzado explicando al medio ‘Nos’.
Drenthe comenzó unos cursos como una vía de escape y para “ir a ver lo que se siente en el taller”. Tras terminarlos se puso a poner en práctica lo aprendido en un pabellón con personas con demencia. “Había una anciana que asustaba a los compañeros. Era un poco agresiva. Ahí es donde la superviso”.
El jugador ha confesado que trabajar aquí ha hecho que mejore como persona. “Porque veo otra cara del mundo. Me ayuda a ser mejor persona en esta sociedad. Siempre he estado acostumbrado al glamour en el fútbol”.
“Definitivamente. Eso es lo que yo buscaba. Luché mucho al final de mi carrera. El hecho de saber lo que quieres hacer, pero en el momento en que empiezas algo te preguntas si esto es realmente lo que te gusta. Creo que es porque aún no puedes dejar el fútbol. Eso viene con los pasos”.
A pesar de que ahora está dedicado en cuerpo y alma a esta nueva labor, Drenthe no quiere alejarse definitivamente del fútbol y quiere prepararse físicamente para volver a los terrenos de juego, aunque esta vez no quiere irse de su país. “Todavía tengo ganas de volver a divertirme un año más”, terminó diciendo.