Dani Alves sigue acumulando días en prisión mientras su defensa trabaja para que salga en libertad a la espera de que se realice el juicio. Las pruebas hasta el momento no dejan en buen lugar la defensa del brasileño a lo que se le suma el posible riesgo de fuga que es lo que le mantiene privado de libertad y la razón más de peso de la jueza para que esto siga siendo así.
Uno de los miedos de la presunta víctima cuando todo ocurrió en la discoteca Sutton es que por ser alguien famoso y futbolista no la iban a creer. "No me van a creer" es la frase que ella repetía constantemente como así lo han asegurado varios testigos en sede judicial.
La joven al ver que el brasileño ya estaba en prisión preventiva le dijo a su abogada: “Me han creído”. "La víctima está aterrada de miedo, no se creía que Dani Alves terminaría en prisión y cuando esto sucedió me dijo: 'Me han creído'", pero más allá de esto hay un miedo que le mortifica todos los días.
Una de las cosas que más miedo le da la presunta víctima es que sea identificada. "Tiene pánico a que la identifiquen los medios de comunicación, aunque el auto de prisión la tranquilizó por el momento", dijo Ester García López, la abogada de la joven de 23 años a Mundo Deportivo.
La chica ha recurrido a tratamiento psicológico para ayudarla en este duro proceso. "Está recibiendo apoyo psicológico a través de una entidad pública especializada en el tratamiento de víctimas de violencia. El hospital le recetó todo un tratamiento encaminado a evitar cualquier tipo de enfermedad infecciosa, porque el futbolista no usó preservativo", explicó su abogada.
"Además, tiene un tratamiento farmacológico con ansiolíticos para poder dormir, pero me dijo que no ha podido desde que prestó declaración".