El sueldo de los futbolistas es uno de los grandes tabúes del fútbol. La mayoría de los jugadores cobran auténticas millonadas anuales, cantidades impensables para cualquier ciudadano de a pie. Y no solo de sus salarios viven los jugadores y es que muchos reciben además ingresos por derechos de imagen, patrocinios o variables.
Como pasa en cualquier otro sector profesional, igual que no todas las empresas pagan a sus empleados de la misma forma, en el fútbol pasa igual, unos clubes abonan las nóminas de una forma, y otros de otra. Clubes como Real Madrid o FC Barcelona hacen dos únicos pagos al año, uno a principios de año, y otro en el mes de junio.
Sin embargo, hay clubes más modestos que funcionan como una empresa normal, abonan las nóminas en 12 o 14 pagas, según convenios y contratos. Además, cobran variables según estén firmadas en sus contratos. Los clubes que hacen dos grandes pagos, también abonan una cantidad simbólica de manera mensual a sus jugadores, unos 3.000 o 5.000 euros, según contrato y jugador.
El salario medio de un futbolista, se considera como una renta alta. Tras el último acuerdo alcanzado entre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), en Segunda División, el sueldo mínimo se estipula en 77.500 euros, mientras que en Primera División esa cantidad se duplica, alcanzando los 155.000 euros. Un incremento de un 17% con respecto al convenio anterior.
Se dividen en un total de doce pagas mensuales. Además, en ese sueldo mínimo se incluyen primas por fichaje y primas por partidos que se incluyen en los devengos de unas nóminas que son prácticamente idénticas a nivel de contenido de las que recibe cualquier asalariado.
La mencionada antigüedad, al igual que ocurre en muchas empresas, también va ligada a mejoras salariales. Por cada dos años de permanencia en el mismo club, se incrementa el 5% mensual.