El atleta, Luvo Manyonga, que fue campeón del mundo en salto de longitud en 2017 y medallista olímpico en 2016 ha confesado abiertamente su adicción a las drogas. La BBC ha conseguido contactar con el sudafricano pese a que no tiene teléfono móvil ni agente.

El tik, una variante de la metanfetamina, es una droga muy extendida en el continente africano. Esta misma es a la que Manyonga lleva años adicto y la que le ha puesto las cosas muy difíciles a la hora de competir a nivel profesional.

En 2017, el atleta tuvo que entrar en rehabilitación para poder competir en el Mundial de Londres, pero en 2020 recayó tras la muerte de su madre. Manyonga ha asegurado que las drogas eran el mecanismo que utilizaba para lidiar con la pérdida.

"Después de que perdí a mi madre, las cosas se fueron abajo para mí, ¿entiendes? No lloré a mi madre, lo tomé muy a la ligera y, mirando atrás, estaba usando drogas para reprimirlo, para no sentir el dolor. Sólo quería adormecerme hasta el punto de no saber qué día era".

Además, el campeón del mundo ha reconocido que las drogas le hicieron convertirse en algo que no quería, ya que para conseguirlas robaba o hacía lo que fuera necesario: "No gustaría mencionarlas todas, pero hice algunas de esas cosas que hacen los yonquis como robar, robar coches, entrar en casas...".

"Era como un matón en cierto modo por cómo me perdí en las drogas. Me alegro de que Dios estuviera conmigo y me alegro de que todavía estoy vivo", ha añadido.

Manyonga se ha enfrentado a suspensiones desde el año 2012 por parte de la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU). Ahora bien, la última penalización, que fue impuesta para cinco años, termina en 2024.

"Entiendo mi suspensión, fue justo como una llamada de atención. Todavía hay una posibilidad de que Luvo regrese. Lo único que tengo que hacer ahora es encontrar a Luvo. No al campeón mundial, no al drogadicto. A Luvo. Si puedo encontrar a esa persona, las cosas estarán en su lugar", ha asegurado el atleta de 33 años.