Los desfallecimientos son muy habituales en pruebas de larga distancia pero pocas veces hemos visto que una de las mejores atletas de la competición cruce la línea de meta literalmente a gatas. La atleta sudafricana Jenna Leigh Challenor recorría los últimos metros de la Maratón Comrades, la ultramaratón más antigua del mundo con 90 kilómetros de longitud, y lo hacía con una gran sonrisa porque iba a terminar en 4ª posición.

Cuando ocurrió lo que nadie esperaba: en la entrada al estadio, Jenna sufre un primer desvanecimiento cuando sus piernas no puedes soportar el cansancio y cae hacia atrás. Cuando intenta levantarse, vuelve a caer. Sus piernas no para de temblar y es imposible ponerse de pie. Es entonces cuando una persona de la organización decide preguntarle por su estado e incluso, le ayuda a levantarse.

La atleta vuelve a reprender su marcha por los interiores del estadio hasta que consigue pisar la pista de atletismo. Allí, espera su familia y su equipo que se muestran orgullosos de la labor de la deportista de 41 años. Cuando la sudafricana parecía recuperada y mostrada de nuevo una gran sonrisa, los últimos metros se convierten en un auténtico calvario para ella. Volvía a caer, como le había pasado pocos metros antes. Sus piernas, abrasadas por el esfuerzo, no paran de moverse y es imposible dar un paso.

Solo quedan unos metros para cruzar la línea de meta. Al mismo tiempo, la 5ª clasificada comienza su entrada en el estadio. Otro participante se acerca a Jenna con la intención de animarle. Al verla en el estado en el que se encontraba, decide intentar ayudarle a ponerse de pie pero otro participante lo impide porque puede significar la descalificación. La corredora de largas distancias decide comenzar a andar de rodillas. Solo quedan unos metros que se hacen eternos, pero que se pueden realizar de rodillas. Así consigue cruzar el final exhausta tras haber sufrido uno de los peores momentos de su vida.