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Valtteri Bottas y su 'otro trabajo' cuando no está en los circuitos: auxiliar de su novia en el Tour de Francia

Valtteri Bottas ha aprovechado bien su tiempo en Francia, a donde la Fórmula 1 viajó el fin de semana pasado para correr en Paul Ricard. Pero, a parte de competir, el piloto finlandés también ha ido a apoyar y auxiliar a su novia mientras participa en el Tour de Francia.

Tiffany Cromwell es una ciclista australiana de 34 años que, actualmente, corre con el equipo Canyon//SRAM Racing. Ella y Bottas llevan juntos desde 2020, después de que el matrimonio del piloto de Alfa Romeo con la nadadora finlandesa, Emilia Pikkarainen, no funcionara.

Tiffany se encuentra actualmente compitiendo en el Tour de Francia, país en el que también ha estado Bottas para disputar un Gran Premio de Fórmula 1. El finlandés no ha querido desaprovechar la oportunidad de echarle una mano a su novia en la tercera etapa del Tour.

En un vídeo publicado por el propio Valtteri en sus redes sociales se aprecia como aguarda en uno de los tramos del recorrido para que, cuando llegue el pelotón, poder darle un refrigerio a Cromwell.

Siguiente parada, el Hungaroring

El piloto de Alfa Romeo está haciendo una gran temporada, sobre todo, si comparas sus números con los de su compañero Guan Yu Zhou, recién llegado a la categoría reina, pues el finlandés está 41 puntos y 8 puestos por encima.

Sin embargo, la buena racha de Bottas se vio frenada en Silverstone y, desde entonces, no ha vuelto a puntuar. El próximo escenario para resarcirse de sus últimas actuaciones es el Hungaroring, en Budapest, que se convirtió en la primera ciudad del antiguo bloque comunista en albergar un Gran Premio.

¿Fórmula Uno al otro lado del telón de acero? Prácticamente inimaginable, tan sólo un par de años antes de que el circuito del extrarradio de la capital húngara acogiese, un 10 de agosto, la undécima de las 16 carreras de ese año.

Pero pocas cosas se le antojaban imposibles a Bernie Ecclestone, el genio que ideó y desarrolló todo este monumental espectáculo deportivo derivado en multimillonario negocio que durante varios decenios fue de su propiedad.

Mucho antes de que se acuñase el término globalización, el expiloto, ex jefe de equipo y empresario británico se adelantó una vez más a sus tiempos, al dar un nuevo paso en la universalización de la F1: penetrando en el anteriormente impermeable territorio de los países que conformaban el desaparecido Pacto de Varsovia. Firmado en 1955, en la capital de Polonia; como respuesta a la OTAN, fundada siete años antes.

Bien es verdad que tan sólo tres años más tarde acabaría cayendo el Muro de Berlín, que marcó el principio del desmoronamiento definitivo del también llamado bloque del Este. Y que Hungría, otrora integrante del imperio austrohúngaro (1867-1918) -cuyas capitales, Viena y Budapest, están indisolublemente unidas por el majestuoso Danubio-, siempre fue el país del bloque comunista que más relación mantuvo con la entonces denominada Europa Occidental. Pero la llegada de la F1 a Hungría -duramente reprimida en 1956 por la Unión Soviética (URSS)- supuso, en su día, una sorpresa mayúscula.

En Hungría asombró al mundo, hace ya 19 años, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso, que en septiembre de 2003 se convirtió en el entonces más joven ganador de la historia (ahora lo es Verstappen) y en el primer español en subir a lo más alto del podio en la división de honor del automovilismo. El único hasta que, a principios de este mes, Carlos Sainz sumase a las 32 del genio astur su primera victoria en la categoría reina. Al ganar en Silverstone (Inglaterra), escenario en 1950 de la primera carrera de la historia de la F1.