Los gimnastas británicos fueron objeto de una abuso físico y mental generalizado y sistemático durante años, tal y como relató la resolución del informe independiente encargado por el Gobierno de Reino Unido en agosto de 2020.

Las vejaciones de todo tipo, también con el relato de abusos sexuales, entre 2008 y 2020 que recoge 'Whyte Review', informe encargado a Anne Whyte QC, salen a la luz con más de 400 testimonios, todo justificado por el éxito en un deporte que ha dado a los británicos 15 medallas desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, mientras que antes solo habían hecho tres podios.

Las 306 páginas que resuelven la investigación indican que los gimnastas británicos sufrieron abusos físicos, entrenamiento inapropiado sobre lesiones, aplicación de horas de entrenamiento excesivas y cargas de entrenamiento que provocaban dolor físico y agotamiento más allá de los límites aceptables.

Los deportistas fueron también torturados sin poder ir al baño o beber agua, en unas edades en las que en su mayoría no pasaban los 12 años. Tanto UK Sport, Sport England como la Federación de Gimnasia del país, British Gymnastics, asumieron las conclusiones inaceptables y aprobaron la casi veintena de recomendaciones. "Lo peor era con los niños, con los menores" han puntualizado en el informe.

"No nos avergonzaremos de hacer lo que se necesite. Quiero disculparme de todo corazón con las gimnastas que lo han sufrido porque no trabajamos según los estándares que nos fijamos. Lo sentimos", dijo la directora de la Federación, Sarah Powell.

La expresidenta, Jane Allen, quien se retiró en diciembre de 2020 en medio de los nubarrones, es criticada en el informe por su "falta de liderazgo" y un fallo total en su organización por no "apreciar la importancia básica del bienestar de los deportistas".