Este 1 de junio se cumple el tercer aniversario de la trágica muerte de José Antonio Reyes. Los equipos donde jugó, Sevilla, Córdoba o Atlético entre otros, le han rendido homenaje para honrar su memoria. Tres años después de aquel 1 de junio de 2019, la familia del futbolista sigue hundida en la más absoluta tristeza, a la vez que lidia con una situación dramática: una herencia envenenada.
Según nuestro compañero Kike Calleja, la herencia de José Antonio Reyes está siendo un auténtico calvario para su familia. 18 inmuebles y todos ellos embargados por la mala gestión del patrimonio que el futbolista hizo en vida. La situación es tan dramática que sus hijos han tenido que firmar un documento para no heredar las múltiples deudas que tenía el que fuera futbolista del Real Madrid. Muchas de estas casas, repartidas por toda la geografía española, están saliendo a subasta.
La situación familiar no es mucho más boyante que la económica. La familia de José Antonio Reyes permanece dividida en dos bloques. Por un lado, la viuda del jugador y sus hijas, y por otro, sus padres y su familia de sangre. El futbolista dejó un vacío imposible de llenar. Su madre y su padre casi no salen de casa, siguiendo con el luto iniciado aquel fatídico 1 de junio de 2019.
La Fiscalía señalaba además el informe técnico elaborado por la Guardia Civil acerca de la violenta salida de vía sufrida por el vehículo y el informe pericial realizado por el Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil, pues según ambos informes, el accidente se debió a la combinación de un "reventón del neumático trasero", que provocó que el conductor perdiera el control del turismo, y la "excesiva velocidad de circulación" del vehículo, superior a los 187 kilómetros por hora, al menos 67 kilómetros por hora por encima del límite permitido.
El vehículo, un Mercedes Benz modelo S 550, sufrió según los informes una salida parcial de la vía por el margen izquierdo y un contacto con una barrera metálica de protección y, tras una maniobra evasiva, volvió a salir de la vía por la margen derecha, donde tras chocar contra una cuneta vierteaguas, una valla metálica de protección de la autovía y una valla de cerramiento de una finca particular, experimentó varios vuelcos por un camino terrizo hasta su posición, donde finalmente se produjo la ignición y el incendio del vehículo.