Argentina volvió a vivir otra fiesta del fútbol con el superclásico en la semifinal de la Copa Libertadores entre Boca y River. El partido acabó con victoria de River por 2-0 y como de costumbre en estos partidos, la temperatura y la tensión fueron elevadas. Carlos Tévez fue uno de los culpables en avivar esta tensión.
El delantero de Boca, enfadado con el árbitro por la expulsión de Nicolás Capaldo, realizó un gesto mientras se dirigía al túnel tras el pitido final que fue captado por las cámaras. El Apache cerró su puño derecho y lo apoyó sobre la palma izquierda, dando a entender que el árbitro estaba comprado. Sin embargo, advertido de que le podían estar grabando, rápidamente corrigió el gesto y comenzó a frotar el puño, separando sus manos después. Camino del vestuario, miró a la grada, se rascó la nariz y finalmente se metió en el túnel.