El 22 de mayo de 2010, John Isner y Nicolas Mahut se enfrentaban en primera ronda del torneo de Wimbledon. Después de jugar los primeros cuatro sets, el partido se suspendía al filo de las 9 de la noche por falta de luz y se reanudaba al día siguiente. Sin embargo, el día 23 el partido tampoco se pudo terminar: Isner y Mahut disputaron 118 juegos, pero nadie fue capaz de romper el saque de rival, por lo que el partido se aplazaba nuevamente por falta de luz con el marcador en 59-59, más propio de un partido de baloncesto que de un partido de tenis.

Finalmente, el 24 de mayo se completaba el partido cuando Isner logró romper el saque de Mahut en el juego 183 de partido. Atrás quedaban 11 horas y 5 minutos de juego, el partido de tenis más largo de la historia y que, además, rompió un montón de récords: nunca se habían jugado tantos juegos en un partido, tampoco se habían disputado tantos juegos en un solo set ni se habían logrado tantos 'aces' en un solo partido: Isner sumó 113 y Mahut, 103.

Para la historia queda también lo sucedido dos días después, cuando Isner tuvo que enfrentarse en segunda ronda al holandés Thiemo de Bakker. El norteamericano, completamente agotado física y mentalmente, solo duró 74 minutos sobre la pista, de donde fue barrido por un contundente 6-0, 6-3 y 6-2. Y, curiosamente, Isner no fue capaz de lograr ni un solo 'ace' en aquel partido, después de haber batido el récord de saques directos de la historia de este deporte en la ronda anterior.

Aquel choque entró en la historia como el partido de tenis más largo jamás disputado, pero Isner es un jugador acostumbrado a partidos maratonianos y otra de sus participaciones en Wimbledon también ocupa un lugar de honor en esta curiosa clasificación. Fue en la edición de 2018, cuando el americano se plantó en semifinales para medirse a otro cañonero, el sudafricano Kevin Anderson.

Ambos buscaban su primera final de un Grand Slam y aunque los aficionados no estaban muy ilusionados por los nombres de los protagonistas, se llevaron una gran sorpresa. Isner y Anderson dieron un gran espectáculo de saques directos y se fueron por encima de las seis horas y media de partido tras un 26-24 en el quinto y último set. Fue la última vez que un partido en Wimbledon se alargaba tanto, ya que a partir de 2019 se introdujo la medida del 'super tie-break' cuando el partido llega al 12 iguales en el último set.

Pero, entre los dos partidos protagonizados por John Isner, se cuela el segundo partido más largo de la historia del tenis. Se jugó en 2015 durante una eliminatoria de la primera ronda del Grupo Mundial de la Copa Davis entre Argentina y Brasil, un enfrentamiento que cayó del lado argentino en el quinto y definitivo partido.

Pero el choque que entró en la historia fue el cuarto de la eliminatoria, que midió a Leonardo Mayer y a Joao Souza y que se alargó hasta las 6 horas y 43 minutos de partido. El partido cayó del lado del argentino por 7-6, 7-6, 5-7, 5-7 y 15-13, convirtiéndose en el partido más largo de la Copa Davis en competición individual… pero no en total.

Porque el honor de ser el partido más largo de la historia de la Copa Davis recae en un partido de dobles. Fue el que enfrentó a la República Checa y Suiza en la eliminatoria del Grupo Mundial de 2013 y en la cancha se vieron las caras Tomas Berdych y Lukas Rosol por el lado checo y Stanislas Wawrinka y Marco Chiudinelli, por el suizo.

El partido se alargó hasta las 7 horas y dos minutos y terminó con victoria de la República Checa por 6-4, 5-7, 6-4, 6-7 y 24-22. El triunfo fue fundamental para que los checos lograran el pase a cuartos de final y que terminaran consiguiendo el triunfo en aquella Copa Davis de 2013, cuando superaron en la final a la Serbia de Novak Djokovic.

Estos son los cuatro partidos más largos de la historia del tenis y la introducción de algunas medidas para limitar la duración de los partidos de tenis provocará que sean complicados de superar. De momento, los partidos de la Copa Davis han pasado a disputarse al mejor de tres sets, mientras los torneos de Grand Slam, a excepción de Roland Garros, han implantado el 'super tie-break' en el último set para que los partidos no se alarguen indefinidamente.