Manolo Santana ha sido uno de los grandes deportistas de nuestro país. Hizo que el tenis español estuviera en el foco de todo el mundo y que este dejara de ser prácticamente desconocido a mediados de los 60. El 11 de diciembre de 2021 decía adiós la leyenda española dejando un gran legado.

Nació en medio de la Guerra Civil, en el 38 y con apenas 10 años ya se movía en medio de raquetas y pelotas de tenis. Su primer trofeo de relevancia conseguido fue en el 58 que consiguió el Campeonato de España.

De aquí a su primer Roland Garros pasarían solo tres años. En 1961 se corona como rey de la tierra batida. En el 63 lo volvería a hacer en la categoría de dobles y por último en el 64. Manolo Santana no solo consiguió que el tenis español estuviera en boca de todos. En esa época era el europeo más destacado ya que el dominio hasta entonces en esos momentos habían sido los jugadores australianos y norteamericanos.

La tierra se le daba bien, pero la hierba no se la dejó atrás. En 1965 ganó el Open de Estados Unidos y en el 66 Wimbledon del cual llegó a decir que era el “recuerdo más feliz” que tuvo en su vida.

Quizás una de las espinitas que se le quedó clavada fue la Copa Davis. En dos ocasiones llegó a la final de la Copa Davis, pero perdió las dos una en 1965 y la otra en 1967. Tuvo un primer intento de retirada en 1970 tras proclamarse campeón en el Conde de Godó.

Solo tres años después volvería para disputar esa espinita que tenía clavada con la Copa Davis, pero no la llegó a conseguir. Desde aquí hasta el 1980 estuvo sobre las pistas de tenis, pero es en este año cuando decidió retirarse definidamente.

Toda su vida estuvo ligado al tenis y llegó a ser capitán del equipo español de la Copa Davis en 1980, 1985 y 1995. Su compromiso con este deporte y por todo lo que supuso le llevó a que le galardonaran con la Medalla de Oro al Mérito Deportivo del Ayuntamiento de Madrid.

Siempre se le recordará por el tenista que llevó al tenis español a los ojos de todo el mundo y fue entonces cuando él jugaba cuando este deporte, que hasta ese momento era más que secundario, saltara a la primera plana y que todos los españoles empezaran a seguirlo.

Así lo recoge Juan Antonio Samaranch, autor de las memorias de Manolo Santana en su prólogo. “Este ha sido Santana, la cúspide invertida de la pirámide que no sólo dio días de gloria al deporte español, como sus victorias en Wimbledon y Roland Garros y sus actuaciones históricas en la Copa Davis, sino también el promotor de la construcción de miles y miles de pistas de tenis e impulsor de decenas de miles de practicantes en nuestro país”.

Hasta el último de sus días estuvo ligado al tenis. Fundó su club de tenis en 1997 en Marbella y hasta hace no mucho pisaba a diario sus pistas para entrenar como pudimos sabe de primera mano en una entrevista que realizó en Deportes Cuatro. Se va una leyenda, pero deja todo un legado.