La vida de Emma Raducanu cambió de la noche a la mañana en el US Open de 2021. En solo 3 semanas, la jugadora británica pasó de ser la número 150 del mundo, ser una completa desconocida del tenis y conducir un modesto Dacia de segunda mano a ser un boom comercial, convertirse en millonaria en solo tres semanas y conducir el último Posrche del mercado.

De padre rumano y de madre china pero nacida en Canadá, Raducanu es el mejor ejemplo de como te cambia la vida en solo unos días por levantar un gran título cuando nadie lo esperaba. Una oportunidad no ha desaprovechado en los últimos meses donde ha conseguido firmar contratos con las mejores marcas y multinacionales internacionales de todos los sectores que se pelean por tener a la tenista en sus anuncios. Firmas de relieve como Dior, Tiffanys&Co, Nike o la propia Porsche han caído a los encantos de Raducanu.

Para hacernos una idea, en este 2022, ya ha ganado 23 millones de euros fuera de las pistas y se ha convertido en la tercera deportista con más ingresos publicitarios en todo el mundo.

En cambio, todos los éxitos de los negocios son todo lo contrario en su actividad tenística. A pesar de todos sus contratos, lo cierto es que Emma Raducanu 'solo' ha ganado un torneo en toda su carrera profesional. Desde aquel septiembre de 2021, donde venció el US Open sin ceder ni un solo set, la tenista anda sin rumbo por el circuito y ahora mismo hay que bajar mucho para buscarla en el ránking WTA: se encuentra en el puesto 76 y no ha ganado título alguno en todo el 2022.

La situación empeora cuando Raducanu ni siquiera encuentra un entrenador con el que poder dirigir su carrera y ya ha tenido cuatro entrenadores en esta temporada sin resultados. Ha ganado menos de 700.000 euros en premios en toda la temporada, un resultado ínfimo en comparación a los 9 millones y medio que se ha embolsado la nº1 del mundo, Iga Swiatek. En cambio, la comparación en patrocinios es atronado: la británica ha llenado sus arcas con 23 millones por solo 5 de la polaca.