El tenis siempre ha sido considerado un deporte de caballeros. Hace unos días, teníamos el ejemplo más patente tras la retirada de Roger Federer del tenis profesional tras una carrera marcada por esa caballerosidad. Pero está claro que los tiempos cambian y los nuevos jugadores están mostrando una actitud totalmente distinta en la pista en los últimos años.

Las salidas de tono de Kyrgios son la punta de iceberg de un cambio de actitud sobre las pistas de tenis. El último ejemplo han sido el francés Corentin Moutet y el búlgaro Adrian Andreev en su partido de octavos de final del Challenger de Orleans. Al final del encuentro, con victoria para el búlgaro en un encuentro igualado que terminó remontando venciendo dos tie-break, se vivió una imagen surrealista.

El saludo final se convirtió en una pelea de gallitos al lado de la red. Andreev da la mano demasiado fuerte, Moutet se lo toma como una afrenta y decide propinarle un cabezazo a su rival. Esto provoca que ambos se enzarcen durante unos segundos en plena pista. El juez de silla tiene que bajar e intervenir para que la cosa no vaya a mayores.

Tras el partido y preguntado por el incidente, el tenista francés no mostró arrepentimiento: "No quiero disculparme por lo que pasó al final del partido. Cuando un jugador se permite decir 'vete a la mierda' dos veces mientras me mira a los ojos, no puedo evitar hacerle entender a mi manera que no son cosas que se hacen". Por su parte, Andreev explicó su versión, que era muy distinta, en sus redes sociales: "Me ha amenazado y me ha invitado a vernos fuera. Le he esperado durante diez minutos en la puerta pero no me lo he encontrado. Se ha ido por el otro lado rodeado por seis agentes de seguridad".