Cuando nadie apostaba por él, Rafa Nadal ha vuelto a demostrar que es el dueño y señor de Roland Garros. El tenista balear venció a Novak Djokovic, que llegaba al partido como claro favorito. Pese a la victoria, bastante cómoda para un encuentro de esta magnitud, Rafa Nadal mandó un mensaje en sala de prensa: "Cada partido que juego aquí, no sé si va a ser el último".
El tenista español Rafael Nadal brilló en la medianoche parisina para clasificarse a las semifinales de Roland Garros, segundo 'Grand Slam' de la temporada, ante el número uno del mundo, Novak Djokovic, al que doblegó en un partido épico que superó las cuatro horas de duración (6-2, 4-6, 6-2 y 7-6(4)).
Todo estaba en contra para el tenista balear, pero fue en la dificultad donde encontró su fortaleza. Nadal levantó dos bolas de set en el cuarto asalto, encadenó tres juegos consecutivos, desesperó a Djokovic y terminó sellando su enésima obra maestra en su torneo fetiche. Una victoria que sabe especial por el oponente.
Ante el serbio dijo adiós el pasado curso, en semifinales, y este año Nadal avisó un día antes de afrontar -posiblemente- su "último partido" en Roland Garros. Los dolores en su pie izquierdo que le impedirán seguir "por mucho tiempo" no fueron impedimento este martes para poner su rúbrica a un nuevo duelo para el recuerdo.
El partido estuvo muy cerca de la final en Australia del año 2012, lleno de puntos mágicos, de golpes imposibles y de un público entregado en la sesión nocturna de la Philippe Chatrier. Poco le importó al manacorí no jugar en su horario preferido, ni estar en su mejor momento de forma. Nada importa cuando Nadal juega en Roland Garros.
El balear arrancó imponente y rompió el saque de Djokovic a las primeras de cambio. El de Belgrado se quedó descolocado ante la agresividad de su rival, muy efectivo desde la línea de fondo y brillante en los momentos decisivos. Le salió todo a un Nadal que cerró con su servicio el primer set con un 6-2 bastante cómodo.
Djokovic -con el público en contra- no perdió la compostura en ningún momento, pero sí pagó cara la inactividad de esta temporada pese al buen rendimiento en tierra. El vigente campeón en Roma fue capaz de frenar el ímpetu de Rafa, que había logrado dos 'breaks' consecutivos. Poco le importó ese 3-0 al balcánico, que sacó la casta minutos después.
'Nole' se desató con cuatro juegos seguidos, encontró el punto a su derecha e igualó un encuentro donde todos los guiones empezaban a saltar por los aires. Nada estaba escrito en una noche que fue a más pese al cansancio de sus gladiadores. El español respondió con fiereza, era su turno y el partido volvió a quedar a su favor tras un 6-2 espectacular.
El décimo triunfo de Nadal ante Djokovic en Roland Garros estaba más cerca pero no fue sencillo, ni mucho menos pensar que el cuarto set acabaría en manos del jugador mallorquín. El de Belgrado se puso 5-2 con auténticos martillazos desde mitad de pista y pareció dejar tocado a un Nadal que jamás se fue del partido.
El número uno del mundo tuvo bola de set en dos ocasiones pero el pupilo de Carlos Moyà salvó ambas de una forma increíble. Djokovic se fue apagando y solo Nadal creyó en una remontada que se hizo realidad en el desempate final después de dejar tiritando a su rival.
Un esfuerzo sobrehumano sumado a la fe del tenista español, cuyo número cinco actual como cabeza de serie en París no corresponde con la historia de su currículo en la arena francesa. Su próxima cita será este viernes ante el alemán Alexander Zverev en busca de la final y de su decimocuarta Copa de los Mosqueteros.