Oblak y Marcos Llorente. Uno las paró y el otro las metió. El Atlético de Madrid pasa a cuartos de final de la Champions tras eliminar al Liverpool en Anfield con un empate a dos goles.

En un partido de coraje y corazón, volviendo a la mejor versión defensiva de los de Simeone, los colchoneros hicieron enloquecer a los miles de seguidores desplazados a Inglaterra pese al coronavirus.

Wijnaldum adelantó a los rojiblancos antes del descanso y anulaba la ventaja rojiblanca del Metropolitano. Desde ese momento el Atlético se encomendó a Oblak y el ya ‘Santo’ cumplió con todo lo que tiene y más.

Firmino despertó los fantasmas del minuto 93 en la prórroga pero Llorente, un ex del Real Madrid, los borró tan solo dos minutos después. Y el extasis llegó en un zapatazo en el minuto 105.

De nuevo Llorente no se lo pensó para finalizar una cabalgada de Morata. Gol, empate a dos y el Atlético de Madrid pasa de ronda.

Recordó el Atlético de Madrid al de las viejas tardes de gloria en los primeros 45 minutos. Orden, trabajo y unión para aguantar el primer empujón de las gargantas de Anfield.

Las acometidas del Liverpool se encontraron una y otra vez con el muro de Oblak. Una noche más el portero colchonero fue el gran héroe del partido.

El aguante del Atlético tuvo el peor final posible. En el minuto 43, cuando el árbitro ya ojeaba el reloj del descanso, Wijnaldum remató a gol un centro desde la línea de fondo de Oxlade. Duro castigo para unos primeros 45 minutos de coraje y corazón.

Mismo guión llevó la segunda parte con un Liverpool al ataque y un Atlético de Madrid replegando y saliendo a la contra con las luces que se le encendían a Joao Félix.

Simeone retiró a Diego Costa, que se marchó con un buen enfado, para meter a Marcos Llorente y aguantar el medio del campo. Pero el guión del partido tenía a Oblak como protagonista.

El meta las sacó de todos los colores y se convirtió en santo en el minuto 66 al desviar al larguero con la mirada un remate de gol desde el área pequeña.

Le quedaban segundos al tiempo añadido cuando el Atlético de Madrid se encontró con la última. Fue un remate con más corazón que cabeza de Saúl el que terminó en el fondo de la red.

Milésimas de segundo de euforia rojiblanca que el árbitro, con la ayuda del VAR, anuló por un justo fuera de juego.

Firmino, en el minuto 93, puso el corazón de los rojiblancos a punto de un infarto. Anotó en doble ocasión ante las que no pudo hacer nada Oblak y despertó del sueño europeo a los rojiblancos. Pero solo de momento…

Tres minutos más tarde apareció Marcos Llorente. El medio, en una temporada complicada, no se lo pensó para disparar desde fuera del área y ponerla al fondo de la red.

Aprovechó una contra el Atlético de Madrid para sentenciar la eliminatoria. Morata condujo por la derecha y de nuevo Marcos Llorente no se lo pensó. Se la colocó y con todo su corazón reventó la red del Liverpool.

Empate a dos en Anfield en la primera parte de la prorroga y el Atlético de Madrid que pasa a los cuartos tras aguantar el marcador en la segunda parte. Liverpool fue rojiblanca.

Ya con el equipo celebrando la victoria, Álvaro Morata aprovechó su ocasión para poner el tercero y redondear la fiesta de Anfield con victoria. (2-3)