Chloe, de ocho años, acudió el pasado fin de semana a animar a su equipo, los Houston Astros (actual campeón de la MLB) al estadio. La pequeña no paró de animar y apoyar a su equipos hasta que otra aficionada que tenía delante le pidió, en un tono bastante duro, que parase. Chloe, sin entender muy bien porqué tenía que parar de animar a su equipo, hizo caso y dejó de gritar.
Su madre publicó el video en redes sociales denunciando la situación y añadió que, además, la pequeña sufre TDDEA, trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. Un desorden parecido a la bipolaridad y por el que Chloe no comprende emociones más complicadas que las puede sentir un bebé.
Así explica Mónica Beavers lo que sucedió en el partido con su hija: “Estaba animando y ‘distrayendo al equipo rival’ cuando esta mujer, sentada en la fila de delante, le dijo ‘suficiente’ porque estaba siendo demasiado ruidosa. Chloe se sintió completamente derrotada y se negó a animar durante el resto del partido con el miedo de que esta mujer le volviera a llamar la atención. Es muy fan del equipo, pero ahora no quiere volver al estadio. Había sido un gran paso el hecho de encontrar un sitio donde pudiese expresarse positivamente, pero ahora debido a esto, puede que se haya arruinado”.
Esta publicación se hizo rápidamente viral y se llenó de comentarios apoyando a Chloe a seguir gritando y animando sin importar lo que le diga el resto. Tal fue la repercusión que hasta los propios jugadores del Houston Astros, le mostraron su apoyo en redes diciendo que aficionados como ella son los que realmente quieren para su equipo.
La cosa no se quedó ahí y varios jugadores le han prometido entradas gratis para el próximo partido con el objetivo de conocerla y animarla a que siga gritando tan fuerte como quiera.