Ausente, contrariado, abatido, Leo Messi no está pasando por su mejor momento. Ve que no se le ha rodeado de ese proyecto ganador que se le ha prometido. Sus números esta temporada siguen siendo de 10, a pesar del bajón que ha sufrido en su rendimiento desde que empezó el año. Pero en El Clásico no apareció, cada vez más solo, echando de menos a Luis Suárez.
El argentino está frustrado por la planificación, con una plantilla demasiado corta, molesto con la directiva por las declaraciones de Abidal y sobre todo sin descanso, por las bajas y por la necesidad.