Gerard Piqué recibió una falta de Calleri en el minuto 43. El colegiado del encuentro decidió no castigar la infracción con tarjeta amarilla pese a que el jugador del Espanyol había sacado el codo a pasear. El jugador azulgrana espero a que el árbitro pitara el descanso para ir a recriminarle la jugada: "Esto es una vergüenza".