El esquí de competición es uno de los deportes más complicados que existen, desde el punto de vista técnico, y lo es porque requiere comenzar desde bien pequeño para ir adquiriendo la técnica con los años. No solo necesita de muchas horas de entrenamientos, sino también ingresos debido a las pocas ayudas existentes. Pero, sobre todo, es importante tener cerca una estación de esquí donde poder entrenar, porque de lo contrario es casi imposible.
En España el esquí de competición no es un deporte muy seguido a pesar de que hayamos tenido a Paquito y Blanca Fernández Ochoa o a Regino Hernández, todos ellos medallistas olímpicos. Ser corredor de esquí es el fruto de muchos años de sacrificios y, desde luego, España no es el país donde más fácil es tener éxito en este deporte tanto por meteorología como por el poco apoyo institucional.
Hay muchas variedades dentro del esquí de competición y éstas se pueden agrupar en cinco variedades de esquí: esquí alpino, esquí de fondo, esquí de travesía, esquí freestyle y esquí freeride. Todos los deportes de competición relacionados con el esquí son de riesgo y las lesiones suelen ser frecuentes, sobre todo en las rodillas.
El esquí alpino es el rey del esquí de competición. Como su propio nombre indica, esta modalidad deportiva tiene origen en los Alpes y es, sin lugar a dudas, la modalidad más conocida de todas. Básicamente, esta categoría consiste en bajar un trazado de puertas o balizas en el menor tiempo posible. Sin embargo, dentro del esquí alpino hay diferentes variedades y normalmente los esquiadores que compiten en una no lo hacen en otra, ya que están altamente especializados. Estas son las modalidades:
Además del esquí alpino, la modalidad más importante de este deporte, hay otros tipos de esquí de competición.
Esquí de fondo. Es también conocido como esquí nórdico o cross-country. Consiste en realizar largas distancias en el menor tiempo posible. Esta práctica se realiza en pistas donde apenas hay inclinación. Tiene su origen en los países nórdicos, donde antiguamente era una forma de desplazarse entre poblados casi aislados. Los esquís de esta modalidad son más estrechos que los de esquí alpino.
Esquí de travesía. También lo llaman 'ski touring' y es una modalidad muy aventurera que consiste en practicar alpinismo mientras se esquía. Se trata de hacer una ascensión a una cima y, posteriormente, se desciende lo ascendido. Es un deporte muy duro y exigente que requiere un gran estado de forma físico y mental. Además, requiere haber estudiado antes el terreno y tener experiencia en montaña.
Esquí freestyle. Se podría decir que esta es la categoría más libre de todas, aunque también es muy peligrosa debido a las caídas. Es el esquí más cercano al 'skate board' y es realmente espectacular. Esta modalidad consiste en hacer saltos, acrobacias y piruetas con unos esquís, unos ejercicios que son valorados por un jurado que dará la victoria al esquiador que mejor nota haya conseguido.
Esta modalidad es de origen noruego y nació como una forma de diversión en los descansos de los entrenamientos. Hay varios tipos de esquí freestyle:
Esquí freeride. Si se puede definir de alguna manera esta modalidad deportiva es como esquí fuera de pista. Es la variante más peligrosa de todas, ya que los corredores se lanzan por agrestes montañas sin seguir un recorrido determinado y cada esquiador decide su rumbo. La práctica es en montañas vírgenes donde hay nieve en polvo y con pendientes de infarto. Las avalanchas son el gran peligro para estos esquiadores, que no solo han de tener técnica y un gran nivel de esquí, sino también un punto de locura.
En el esquí de competición participa la élite de los deportistas, los mejores esquiadores del mundo. Hay muchos tipos de esquí de competición, muchas modalidades de esquí adaptadas a todos los gustos.