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Qué es el drop de una zapatilla de running y cuál usar

  • El término "drop" hace referencia al grosor de la zapatilla

  • La elección del drop de la zapatilla de running dependerá de nuestra técnica de carrera

Hay que tener numerosos aspectos presentes a la hora de comprar unas zapatillas de running que se adapten a nuestros necesidades. El tipo de pisada, la velocidad o el terreno en el que vayan a predominar nuestros entrenamientos, tienen mucha influencia a la hora de llevarlos a cabo.

Uno de los aspectos principales a la hora de escoger unas zapatillas para correr es el drop. El drop es el grosor de la zapatilla, medido desde la parte interior –sin la plantilla-, desde el punto más alto del talón hasta la zona más baja de la puntera.

Aunque puede parecer poco importante, es importante conocer cuál es el de nuestra zapatilla, ya que puede condicionar nuestra técnica de carrera y la forma en la que nuestros pies van a aterrizar en el suelo. Es un aspecto primordial, ya que la fuerza con la que se llevan a cabo las pisadas puede repercutir en todo nuestro cuerpo, acarreando en lesiones si no pisamos como es debido o si cargamos demasiado peso en la zona.

¿Qué tipos de drop hay en las zapatillas para running?

El drop de las zapatillas tiene un tamaño que oscila entre los cero u los 13 milímetros. Teniendo en cuenta estas medidas, hay diferentes tipos.

  1. Drop bajo –menos de cuatro milímetros-: Su utiliza en los modelos más minimalistas y en zapatillas que sean flexibles. Así, se ayuda a que el pie tenga una posición más natural y que se favorezca la propiocepción. Para utilizar este tipo de drop hay que tener una técnica de carrera bastante elaborada, por lo que está más indicado para profesionales que para principiantes.
  2. Drop medio –entre cuatro y ocho milímetros-: Es el término medio, para quienes quieran apostar tanto por la amortiguación como por el minimalismo. Si queréis utilizar una zapatilla más a la vanguardia o si queréis transitar entre los dos tipos de calzado, el paso a dar en primer lugar es el de utilizar este tipo de drop para que nuestros pies se vayan acostumbrando de forma progresiva. Un cambio brusco de un drop alto a un drop bajo puede provocar lesiones debido a los cambios drásticos que lleva el proceso.
  3. Drop alto –más de ocho milímetros-: Son los modelos con mayor amortiguación, permitiendo la entrada del talón en la fase de caída de la pisada. No es la mejor opción para una técnica de carrera y nos fuerza a realizar una mayor flexión de tobillo. Puede servir para principiantes, pero si corredores de larga distancia optan por este topo de drop, el incremento mencionado en la flexión puede provocar dolores en las tibias o incluso que aparezca la temida fascitis plantar.

La elección del drop dependerá, principalmente, de la técnica de carrera que tengamos y de la forma de pisar. Lo ideal es optar por un drop medio, ya que es el que mayor equilibrio proporciona. Si taloneamos mucho, quizás sea mejor opción escoger un drop alto, con más amortiguación. En cualquier caso, es importante trabajar la técnica para evitar lesiones y mejorar la musculatura de los pies.