Llega el frío y los amantes de la nieve se lanzan a las pistas para poder esquiar. Es uno de los deportes de nieve que más se practica y más popular es entre los españoles. Se estima que más de 5 millones de personas en nuestro país visitan todos los años las estaciones de esquí, pero también hay números negativos. En estas salidas se producen lesiones y esto es algo que nos gusta menos por lo que te vamos a dar una serie de consejos y premisas para que puedas evitar en la mediad de lo posible lesionarte.
En primer lugar, e importante, no te plantes en la nieve sin llevar meses sin hacer nada de ejercicio por lo que lo más probable que suceda es que te lesiones. Tienes que tener la fuerza necesaria para afrontar esta actividad física al igual que tener los glúteos, cuádriceps, los lumbares y los abdominales en buena forma para estar preparado para la jornada de esquí.
Como para cualquier deporte, para este también tienes que hacer un calentamiento previo. Calienta todo tu cuerpo y haz especial hincapié en los grupos articulares que más implicados estén como pueden ser las rodillas, la cadera y los hombres. Haz carrera al trote y estira bien los músculos antes de empezar.
Parece algo evidente, pero en muchas ocasiones se utiliza un equipamiento que no está adaptado a nuestras cualidades físicas o nuestro cuerpo y esto puede llevarte a tener un susto. Algo esencial para esquiar es conocer perfectamente la técnica o si no la conoces estar bajo la atenta mirada de una persona que sí la conozca o un profesional cualificado para ello. No puedes lanzarte a la pista sin tener ningún tipo de conocimiento porque puedes hacerte daño tú o incluso a otra persona.
Las estadísticas no mienten y en ellas se refleja que la mayoría de las lesiones que se producen esquiando suelen ser al final de la jornada. Esto tiene relación directa con la fatiga que se va acumulando a lo largo de la jornada. El cuerpo y los músculos lo acusan y tienen menor capacidad de respuesta ante la actividad física. Muchos de los elementos que son esenciales en este deporte se verán mermados por el cansancio como los reflejos, la agilidad o la fuerza y la combinación de todos o algunos pueden conllevar a sufrir alguna dolencia.
Una buena forma de mitigar este cansancio o al menos retrasarlo es mantenerse bien hidratado y estar bien alimentado. Aunque haga frío se suda y por ahí podríamos perder líquidos y por supuesto hay que dotar al cuerpo de alimentos para que los músculos cuenten con la energía suficiente para afrontar la actividad física.
Cuando pensamos en lesiones se nos viene a la mente las musculares o articulares, pero la piel se castiga mucho durante esta práctica ya que tanto el frío como el sol la pueden hacer estragos en ella.
Lo más recomendable para esto es aplicarse protección solar en la cara y proteger los ojos con gafas ya que los párpados tienen una piel más sensible.
Ya te hemos hablado de cómo las puedes prevenir y ahora te vamos a contar cuáles son las más habituales para que pongas especial cuidado en estas partes.
Una de las más frecuentes en cuento al tren inferior es respecto a la rodilla. La rotura de ligamento colaterales o cruzado y de menisco es una lesión que requiere bastante tiempo de recuperación y que se produce con mucha frecuencia mientras se esquía.
En cuanto a la parte superior de nuestro cuerpo, las luxaciones en el hombro y la llamada ‘pulgar del esquiador' son otras de las más frecuentes. Esta última suele producirse en caídas en las que se cae con la mano cerrada al bastón haciendo que el pulgar se desvíe.