El esquí es uno de los deportes de invierno que más se practica en España. Llega el frío y las estaciones se llenan. Al ser uno de los más practicados hay que saber que también el número de las lesiones aumentan.
Esta disciplina reporta numerosos beneficios entre los que se encuentra la mejora coordinación, el aumento el equilibrio, mejora la resistencia física, fortalece la musculatura, refuerza tus huesos y articulaciones, entre otras muchas cosas. Hay muchos factores que intervienen a la hora de hacer esquí y cuando falla alguno de ello puede que se produzca una lesión.
Las más comunes y una de las más duras por su largo proceso de recuperación en algunos casos. Dentro de este grupo las que más se producen son las de ligamento cruzado anterior. Estas pueden ser causadas por el mecanismo de giro o torsión del fémur sobre la tibia o la hiperflexión de rodilla.
Hay estadísticas que confirman que las mujeres tienen más probabilidad de sufrirlas por sus factores físicos y anatómicos específicos que presentan.
Esta rotura de ligamentos no es cualquier cosa porque de no recuperarse bien de esta lesión podría conllevar una incapacidad para practicar otro tipo de deportes como puede ser el fútbol, el tenis, el balonmano, etc. Además de actividades físicas puede crearte molestias a la hora de llevar a la práctica tu vida diaria.
Otras que también se producen son las roturas meniscales, distensiones o roturas ligamentarias, lesiones en cartílago y fracturas en la meseta tibial por haber sufrido algún impacto.
Pasando al tren inferior, nos encontramos las fracturas de clavícula que suelen recaer en el tercio medio del segmento óseo que son provocadas en la mayoría de las veces por alta velocidad o caer tras un salto. En esta habrá diferentes grados y dependiendo de él se necesitará intervención quirúrgica en el que se colocarán placas y tornillo o simplemente con un cabestrillo y fisioterapia.
Es otra de las lesiones más frecuentes. Cuando estas suceden lo primero que hay que hacer es descartar que no haya lesiones vasculonerviosas. Una vez que estas están descartadas se reduce el hombro y estabiliza con un cabestrillo y ya después se realizan las pruebas pertinentes para descartar otras lesiones.
Esta lesión es implica al ligamento colateral medial de la articulación metacarpofalángica del pulgar. Esta se produce cuando el dedo se queda enganchado al palo del esquí y ejerce una presión directa hacia el lateral hasta que se genera una lesión ligamentosa por hiperextensión.
Lo más usual cuando estas se producen es que se aplique un yeso para que esté inmovilizado, pero en caso de que esto no se pueda garantizar y la articulación sea presente inestabilidad se recurre a la cirugía.
En el caso de los niños es muy frecuente los traumatismos craneoencefálicos de ahí a que sea importante e imprescindible que estos lleven siempre protecciones y cascos.
Todas estas se producen por diferentes factores, puede que tengas mala suerte y no estés ni en el momento ni en lugar indicado, pero tener una serie de premisas te ayudará a reaccionar mejor y evitar males mayores.
Las principales causas suelen ser no presentar una preparación física adecuada, el cansancio acumulado, el tipo de material que empleemos para hacer esquí, la mala calidad de la nieve o la falta de hidratación y alimentación adecuada.
Además de mejorar y tener estas premisas presentes lo que deberás hacer para no sufrir o evitar en la mediad de lo posible las lesiones será contar con un equipo adaptado a tus cualidades, tanto la table, la altura de los palos o las botas deberán ser lo más adecuado para cada persona.
No ponerte a hacer cosas que no sabes e ir siempre que no conozcamos mucho la técnica con una persona entendida o cualificada.