Los "runners" son esos aficionados más o menos habituales que practican el running y la carrera por nuestras calles, parques o caminos, como partícipes de una ecuación de la que podemos despejar la palabra profesionalismo. Sí que pueden ser más constantes en la práctica de la carrera, pero no llegar al nivel de poder vivir de esto. Pero, aunque sean deportistas amateurs, hay que evitar determinados errores que se cometen con demasiada asiduidad, ya sea por inexperiencia, falta de técnica, falta de hábito o por creer que podemos llevar a nuestro cuerpo por encima de sus posibilidades. Habitualmente, eso acaba en lesiones que son similares en toda la comunidad de runners.
Para analizar las principales lesiones que se da en la práctica del running vamos a establecer un flujo de problemas que van desde el suelo hacia la zona superior de nuestro cuerpo, en un recorrido con el que trataremos da dar una serie de consejos básicos para superarlos. En este camino nos va a ayudar Roberto Picos, fisioterapeuta del Centro Osteo Coruña y triatleta aficionado. Así que por establecer el orden empezaremos por los pies.
El pie es la superficie de contacto entre el conjunto de músculos, tendones y huesos de nuestro cuerpo contra el suelo. Por eso, uno de los principales retos es tener un buen conocimiento de cómo pisamos, de cómo corremos y de qué medidas tenemos que tomar para tratar bien a nuestro cuerpo durante la actividad. Es frecuente empezar a correr con material del que encontramos por casa, así que las primeras lesiones aparecen pronto. Suelen convertirse en sobrecargas e inflamaciones y, para los más novatos, con la suma de las clásicas agujetas.
Lo más grave, en primera instancia, suelen ser las inflamaciones de tendones que, sin tratamiento, pueden dar lugar a estadios iniciales de fascitis, tendinitis, sinovitis o bursitis, por ejemplo. No hay que olvidar la necesidad de una buena higiene tanto en el pie como en los dedos para tener un buen correr y utilizar un calzado cómodo. También hay que ser conscientes de las limitaciones de cada uno, lo que ayudará a evitar que las lesiones se cronifiquen.
Las reinas de las lesiones del pie por el inicio de una actividad física no muy controlada son: las ampollas, la fascitis plantar y la sinovitis de tobillo.
En la pierna también nos encontramos con algunas lesiones que, por habituales, tienen claros síntomas y tratamientos. Derivados de problemas en el pie, o por motivos diversos, puede surgir la periostitis, que es una inflamación de la membrana que recubre la tibia. Como decimos, pueden ser muchas causas, desde una mala pisada, a un calzado inadecuado o entrenar sobre una superficie muy dura (asfalto, por ejemplo).
Lo cierto es que en todas estas lesiones deportivas vamos a encontrar algunos temas recurrentes como un mal calentamiento previo a la actividad, sobrepeso o malos hábitos técnicos. En el caso de la periostitis se puede corregir con unas rutinas previas y post ejercicio, además de aplicar frío y sistemas de compresión y, llegado el caso, interrumpir temporalmente la actividad hasta estar recuperado.
Otros negros protagonistas son las contracturas y las roturas de fibras. Probablemente los más normales y famosos de todas las lesiones deportivas. Sin llegar a ser médicos o fisioterapeutas, podemos identificar el momento de una como sufrir una pedrada. Dependiendo del grado de la lesión, los tratamientos son diversos, pero el parón de la actividad se hace imprescindible. Sesiones de crioterapia, fisio y recuperación activa son las terapias más vanguardistas para superar estas lesiones.
Por último, y como habitual, tenemos otro conocido entre los runners y es la tendinitis rotuliana. Aunque es más habitual en deportes en los que hay que saltar como el baloncesto o el voley, está muy presente en los runners, precisamente porque la mayor parte de las veces el atleta no es capaz de controlar su capacidad atlética con el esfuerzo que se le exige a la articulación. Echamos el cuerpo al correr sobre el asfalto y, en muchas ocasiones, lo hacemos sin el calentamiento adecuado. El tratamiento más habitual para superar esta lesión está centrado en reforzar los músculos de la pierna, de tal manera que puedan suplir de alguna manera el esfuerzo de la rodilla.
Las lesiones por correr son muy habituales entre los runners, pero hay formas de evitarlas. Un buen calentamiento es clave para evitar las típicas lesiones de runners, pero en el caso de sufrir algún problema físico, lo mejor es parar de hacer deporte y ponerse en manos de especialistas cuanto antes para encontrar un problema rápidamente.