Aleix Espargaró se subió a lo más alto del cajón de MotoGP tras 19 años –los últimos diez en la máxima cilindrada- y 284 carreras en el Mundial. El español de Aprilia venció en Termas de Río Hondo en una carrera con acento nacional y escoltado por Jorge Martín y Alex Rins.
Aprilia consiguió además su primer triunfo tras su regreso en el año 2015 a MotoGP. Su mujer Laura Montero –fiel escudera de Aleix- y sus dos pequeños, Max y Mía, celebraron por todo lo alto el triunfo en Argentina.
A través de las redes sociales Laura ha colgado varias imágenes dedicadas a Espargaró: “Pura emoción, puro amor, te estimo”. Sin duda una alegría inesperada para una familia dedicada en pleno al motor.
Espargaró es el nuevo líder del campeonato y, por lo visto tiene moto para defender esa posición, pues su compañero de equipo Maverick Viñales estuvo casi todo el tiempo en el "top cinco" y sólo cayó dos puestos en una mala última vuelta en la que se vio superado por el italiano "Pecco" Bagnaia y el surafricano Brad Binder.
Aleix Espargaró reconoció: "Nunca es fácil ganar en MotoGP, pero pensé que sería un poquito más fácil porque sería algo más competitivo, pero después de Moto2 y del calor que hizo en Termas la pista patinaba muchísimo y he tenido que cambiar bastante la electrónica de la moto en carrera y entender al máximo la tracción".
"Nunca había gestionado una situación así y por eso no ha sido fácil, porque la pista ha cambiado y patinaba mucho la moto, pero al final he trabajado con los botones de la electrónica, con el control de tracción, con el freno motor para intentar llegar a las últimas cinco vueltas mejor que Jorge y ha funcionado. Siempre es más bonito que sea peleado y recuerdo que el primer podio fue difícil y la primera victoria ha sido difícil, pero me siento feliz", asegura un Aleix Espargaró que recuerda muchos de los duros momentos vividos a lo largo de su carrera.