El Mundial Junior es la gran prueba concebida para dar el salto al Mundial de MotoGP, el anhelo de todos los que sueñan con ser piloto profesional. Decenas de jóvenes están ante el examen final del sueño por el que han luchado desde que casi no podían andar aún. Niños que no tienen edad para conducir un coche o para comprar alcohol en un supermercado pero tienen entre sus manos máquinas que superan los 200 km/hora en recta.
Con una de ellas encontró la muerte Andreas Pérez forjando su gran pasión. El piloto del Reale Avintia Academy nació en Mollet del Vallès –pueblo donde surgió la legendaria factoría Derbi- el 20 de agosto del 2003, a escasos siete kilómetros del circuito de Montmeló. Como la mayoría de pilotos que engrosan la parrilla de MotoGP, comenzó con su primera moto con ayuda familiar y al poco de quitarse el chupete a los 3 años.
Debutó con 7 años con campeonatos de mini-motos y con 9 años, Andreas ya era campeón de Cataluña de motociclismo de la categoría de 50cc. A los once años le surgió su primera gran oportunidad: el Campeonato de España de Velocidad (CEV). El pasado año llegó su gran explosión: peleó por llevarse la European Talent Cup, cerrando la temporada con dos victorias.
En este 2018, y con 14 años, ya era una de las grandes perlas de la cantera española del motociclismo. Era su debut en el Mundial Junior, uno de los piloto más jóvenes de la parrilla y luchaba con otros pilotos de hasta 20 años. Su sueño del profesionalismo estaba más cerca.
El accidente que terminó con la vida de Andreas Pérez se produjo durante la tercera vuelta de una carrera que ya había visto bandera roja por otro accidente múltiple. El piloto catalán se cayó en la curva 5, en la conocida bajada de La Moreneta, uno de los puntos más técnicos de Montmeló. Avintia relata lo ocurrido después: “Varios pilotos que venían por detrás no pudieron esquivarle. Ingresó con lesiones cerebrales muy graves y poco después se le diagnosticó muerte cerebral”.
A 50 km/hora con tan solo 6 años
El fallecimiento de Andreas reabre el debate sobre la precocidad de estos deportistas al manillar. Todos los niños que participan en este Mundial Junior lo hacen bajo el amparo de MotoGP que no regatea lo más mínimo en materia de seguridad y profesionalismo. Según nos han confirmado fuentes del CEV, las protecciones, comisarios del circuito o servicios médicos son casi los mismos de los que disponen pilotos consagrados como Márquez o Lorenzo.
La juventud es la clave para trabajarse un futuro como piloto profesional. La mayoría de las categorías tiene un máximo de edad, como los 17 años máximos que marca la European Talent Cup. Si a esa edad no has conseguido un ascenso de categoría, lo tienes complicado.
Todo empieza a los seis años. Con esa edad y mini-motos ya puedes competir alcanzando los 50 km/h. Cada año que pasa la categoría incrementa y con ella, la velocidad. Con 12 años y motos Honda de 250cc. ya puedes apuntarte al European Talent Cup.
El ejemplo de Marc Márquez
En el Mundial Junior, en el que falleció Andreas Pérez, se establece una edad mínima de 14 años. De hecho, Andreas era el más pequeño en la parrilla de salida. Las motos son prácticamente similares a las Moto3, utilizadas ya en el Mundial de MotoGP. Una de estas máquinas puede llegar a rendir los 240 km/hora en recta.
El Mundial de MotoGP tiene establecida una edad mínima de 16 años para poder competir. Esa carrera por llegar cuanto antes hace que muchos pilotos se salten etapas. Ejemplo de todo ello es Marc Márquez, quien debutó en el Mundial rozando los 16 años y con tan solo 20 años y 266 días se proclamó en el año 2013 en el campeón de la máxima cilindrada más joven de la historia.