Después de once ediciones del Dakar en motos en su haber, la piloto Laia Sanz debutará el próximo día 1 de enero en coches a los mandos de un Mercedes All4 Racing, una cita que afronta con sensaciones "positivas", si bien apunta que el objetivo es "acabar la prueba" algo que califica de "muy complicado".

En una entrevista con Efe, la piloto española se muestra ilusionada "de empezar esta aventura" que vive con las sensaciones de "una novata" que por vez primera disputa el rally más duro del mundo. "Vuelvo a tener las sensaciones de hace diez años cuando debuté en motos. Al igual que entonces voy sin saber que es lo que me voy a encontrar y en una situación nueva", afirma.

Sobre el recorrido de la prueba, que se disputará en Arabia Saudí, explica la piloto catalana que "habrá dunas casi cada día" por lo que prevé "una navegación complicada".

"Será duro, pero también rápido. Si no nos precipitamos podremos hacer un buen Dakar. Además cuento con un muy buen equipo detrás", señala.

El cambio de competir con una moto a hacerlo con un coche se ha debido, según Sanz, a que "se han dado muchos factores para considerar que era el momento adecuado del cambio" de modalidad. "El Dakar en moto es muy exigente y los últimos años han sido difíciles; es el paso natural de un piloto de motos en el Dakar", admite.

A sus 36 años, la piloto de Corbera de Llobregat, además de sus catorce títulos mundiales de trial, suma también seis títulos mundiales de Enduro, once participaciones (2011-2021) en el Rally Dakar, en la que ha vencido en la categoría femenina en todas ellas, logrando un noveno puesto absoluto en 2015, el mejor resultado femenino de la historia del rally.

El Dakar 2022 tiene un recorrido total de 8.000 kilómetros, con 4.300 km de especial cronometrados repartidos en 12 etapas, en los que Sanz se enfrentará a 91 pilotos, solo 2 femeninos.

El pasado día 11 de diciembre, la piloto de KH7 realizó su último test en el Rally Hail de Arabia Saudí, finalizando en octava posición, séptima en la categoría T1, con el coche y junto al que será su copiloto, el italiano Maurizio Gerini, también de 36 años, que procede del motociclismo y que también debutará en coches. "Me adapté bien al coche y esa prueba me sirvió para coger soltura y ritmo de competición de cara al Dakar. Eso nos permitió marcar buenos cronos y rodar cerca de los cinco primeros puestos", valora Sanz.

En este sentido, hace una valoración "súper positiva" de la última carrera que, según destaca, le sirvió "para ir entendiendo y conociendo mejor el coche". Gerini, su copiloto, tiene en su haber cuatro participaciones en el Dakar en motos, en las que ha logrado dos victorias de la categoría Maratón (2018 y 2019), un 14º puesto (2019) como mejor resultado en la general y una 11ª posición (2020) como mejor actuación en una etapa.

Sobre su compañero, Sanz lo considera como "un buen copiloto, gran navegante" que tiene "idea de mecánica" y está convencida de que se complementarán "muy bien".

La piloto catalana ya tuvo en febrero su primera experiencia en las cuatro ruedas, al volante de un 'buggy' ligero Can-Am, junto a Lucas Cruz, el copiloto tricampeón del Dakar en la Baja Dubái.

Posteriormente, el pasado mes de mayo compitió en el Rally de Andalucía a los mandos del Mini All4Racing, donde tuvo como copiloto a Dani Oliveras. El Primax X-Raid Team logró ganar el Dakar 2020 con el español Carlos Sanz y ahora espera ser protagonista con Laia Sanz, que en la edición de 2015 se convirtió en la mujer mejor clasificada sobre dos ruedas en la historia del Dakar.