La Fórmula 1 es uno de los mayores espectáculos que se pueden ver dentro del mundo del motor. Con el GP de España, el interés por este deporte se dispara y además que se podrá ver en abierto y gratis en directo este próximo fin de semana en Cuatro, Telecinco y mitele.es.
La clasificación tendrá lugar el sábado a las 16.00 horas en Cuatro y la gran carrera el próximo domingo a las 15.00 en Telecinco. Gonzalo Serrano, Jaime Alguersuari Jr, Matías Prats Jr e Iván Vicario es el excepcional equipo de comentaristas que Mediaset ha preparado para la transmisión de la carrera. Mucho se habla de los coches y de la competencia entre ellos, pero ¿Cómo es realmente un vehículo de este tipo?
Es, junto al motor, la parte más importante de un coche de F1. Se trata de un monocasco en el que tiene que entrar el espacio en el que se coloca el piloto, la batería de recuperación de energía y el tanque en el que se deposita el combustible. Normalmente se construyen cuatro chasis iguales para cada piloto en cada temporada, un trabajo que dura meses y que comienza con el diseño de los ingenieros. Se fabrican en fibra de carbono y tiene unas complejas medidas dirigidas a facilitar la seguridad del piloto en caso de sufrir un accidente.
Una parte obligatoria del chasis es el 'halo', el sistema de seguridad obligatorio que impuso la FIA hace varias temporadas. No compromete el diseño de los monoplazas, pero los ingenieros deben incluirlo en todos los diseños. Se trata de un dispositivo en forma de T en curva que está fabricado en titanio y que protege al piloto de impactos de hasta 12 toneladas. Algunos pilotos como Charles Lecrerc pueden haber salvado su vida gracias a este avance de seguridad.
El motor es el otro gran componente de un coche de Fórmula 1. A lo largo de la historia han ido variando y en los últimos años los monoplazas montan unos motores híbridos turboalimentados que generan una potencia de entre 900 y 950 CV. En la actualidad, y hasta que la nueva reglamentación entre en vigor en 2021, se denominan unidades de potencia y están formados por un motor de combustión interna (ICE), un sistema recuperador de energía del aire caliente que sale del ICE (MGU-H) y otro sistema recuperador de energía cinética en frenado (MGU-K).
Tanto el alerón delantero como el trasero son dos de las piezas más importantes de un Fórmula 1 ya que ocupan el ancho del coche y son imprescindibles para que la aerodinámica del monoplaza sea perfecta. Se pueden adaptar con cambios mínimos al estilo de cada piloto, pero sin perder de vista la referencia del chasis, ya que todo el monoplaza tiene que estar alineado a la perfección. Tanto el alerón delantero como el trasero comparten dos funciones principales: aumentar la adherencia al asfalto y reducir la resistencia del aire para lograr ser, siempre, un poco más rápidos.
Además, el DRS (las siglas en inglés de Drag Reduction System) es el sistema incorporado en el alerón trasero que permite reducir la carga aerodinámica del coche para facilitar los adelantamientos. Solo se puede utilizar en unas partes concretas de cada circuito, nunca antes de la vuelta número 3 y siempre que el piloto que le precede se encuentre a menos de un segundo de distancia.
Otro de los componentes vitales de un Fórmula 1 ya que son los únicos elementos del monoplaza que están en contacto con el asfalto. Al contrario de lo que sucede con los coches de calle, los neumáticos de un F1 están diseñados para recorrer pocos kilómetros, pero para lograr las mejores prestaciones.
Dependiendo del tipo de circuito en el que se vaya a correr se entregan a los equipos diferentes compuestos, desde los hiperblandos a los más duros: cuanto más blandos sean, más rápido podrá ir el monoplaza, pero tienen el problema de que se desgastarán antes.
Además, hay compuestos especiales para condiciones de lluvia, siempre pensando en la seguridad de los pilotos. El cambio de los neumáticos, además de ser uno de los momentos más espectaculares de cualquier carrera, también es vital en la estrategia de las diferentes escuderías.
Uno de los elementos más importantes y, al mismo tiempo, más complejos de un Formula 1 es el volante. Es el epicentro de la conducción del coche, pero en un espacio muy reducido hay una enorme información a disposición del piloto: desde las levas para el cambio de marcha a la programación y los diferentes tipos de conducción, pasando por los limitadores para cuando se entra en el pit lane o aparece el coche de seguridad.
Estudiar todas las posibilidades que ofrece el volante es uno de los primeros ‘deberes’ que cada temporada debe afrontar el piloto, ya que de su aprendizaje y dominio puede depender cualquier decisión que tome durante una carrera.
Las características de los coches de Fórmula 1 son únicas, pero estas no son las únicas partes de los monoplazas. No podemos olvidarnos de las suspensiones, la caja de cambios, la antena de comunicación con la que el piloto habla en tiempo real con los boxes y muchos otros elementos indispensables para que en cada carrera podamos disfrutar del mejor espectáculo del mundo sobre 4 ruedas.