La velocidad lleva implícita un riesgo. Los coches de Fórmula 1 pueden superar los 300 Km/h. A estas velocidades cualquier despiste o problema en el coche puede resultar muy peligroso. Esto puede conllevar a que se tengan lesiones graves y, en los peores de los casos, te puede costar la vida.

Todos recordaremos ese fatídico 1 de mayo de 1994. El que fuera tres veces campeón del mundo de la Fórmula 1 perdió la vida en el Gran Premio de San Marino.

Corría la vuelta 7 y se reanudaba la carrera tras un incidente en la salida. El monoplaza del brasileño no cogía la curva Tamburello y se estrellaba contra el muro de contención. El impacto fue tal que una varilla de la suspensión atravesó el casco y la visera ocasionando grandes problemas en su cerebro haciendo que perdiera la masa encefálica.

Los médicos del circuito le atendieron in situ y posteriormente trasladado al hospital en helicóptero. Horas más tarde se anunció su muerte.

Este accidente hizo que cambiaran las normas de seguridad y protección de la F1 y para los pilotos.

Este sería el punto y aparte de las muertes en este deporte ya que en el siglo XX se produjeron más de una veintena. A raíz de que hubiera cambios, “afortunadamente” en los últimos años sólo un piloto ha perdido su vida conduciendo un coche de Fórmula 1.

Solo un día antes de la muerte de Senna, el austriaco Roland Ratzenberger falleció cuando se disputaba los puestos de clasificación.

Iba haciendo su vuelta cuando perdió el alerón trasero, su coche perdió adherencia y casi a 300 Km/h chocó contra un muro y perdió la vida en el acto al sufrir una fractura en la base del cráneo.

Este canadiense era reconocido por su gran habilidad en el volante. El 8 de mayo de 1982, su monoplaza chocaba con el de Jochen Mass cuando iba a unos 255 Km/h haciendo que el coche volara y él saliera disparado y su cuerpo impactó contra una malla en el Gran Premio de Bélgica.

Lo trasladaron al hospital y estuvo conectado unas horas a un respirador artificial encontrándose en muerte cerebral. Después de que su mujer llegara, le desconectaron y falleció al día siguiente de sufrir ese fatídico accidente.

La salida del Gran Premio de Italia el 11 de septiembre de 1978 se convirtió en un auténtico infierno. Varios coches chocaron, entre los que se encontraba el de Peterson. Su vehículo se salió del trazado chocando contra las barreras. El monoplaza empezó a arder y James Hunt, Clay Regazzoni y Patrick Depallier le socorrieron y sacaron de las llamas.

Los sanitarios tardaron en llegar ya que había sido un choche multitudinario y había más heridos y él al estar consciente no le dieron prioridad. Su cuerpo presentaba diversas fracturas y cuando fue intervenido en el hospital de ellas sufrió varias complicaciones y murió horas más tarde.

El Gran Premio de Sudáfrica en marzo del 77 fue testigo de la trágica muerte de este piloto galés. Es considerado uno de los accidentes de la Fórmula 1 más impactantes.

El coche de su compañero de equipo, Renzo Zorzi, salió a arder y dos operarios se acercaron a la zona donde se encontraba para apagar las llamas. En ese momento, Tom circulaba a 270 Km/h y no vio lo que estaba sucediendo. Atropelló a uno de ellos y el extintor que llevaba salió volando e impactó en el casco del piloto Pryce haciendo que perdiera la vida al instante. Una tragedia que se llevó dos vidas por delante.

Después de que se reforzara la seguridad, los accidentes de este tipo que acababa con mal final se vieron reducidos hasta el 2014.

El italiano Jules Bianchi no perdió su vida en el circuito, pero sí como consecuencia de un fatal incidente en el Gran Premio de Japón. El 17 de junio de este año las condiciones climatológicas no eran las mejores y comenzó la carrera detrás del Safety Car y fuera interrumpida a lo largo de la carrera por el mismo motivo.

Corría la vuelta 41 cuando el italiano perdió el control del coche en una curva a unos 200 Km/h con tan mala suerte que en ese momento una grúa se encontraba retirando el coche de Adrian Sutil que también se había salido. El monoplaza chocó contra ella produciéndole graves lesiones.

El helicóptero no podía volar por las condiciones del tiempo y eso hizo que su traslado repercutiera en su estado de salud. Se le indujo al coma y nueve meses después falleció con tan solo 25 años.

Durante el Gran Premio de San Marino de 1994, el mismo fin de semana en el que perdieron la vida Ayrton Senna y Ronald Ratzenberger, el piloto brasileño sufrió un accidente muy aparatoso. El monoplaza se desvió del trazado y se elevó con las cuatro ruedas en el aire para, posteriormente, chocarse contra la barrera de neumáticos. Sufrió un accidente de más de 90 G, que le hizo perder la respiración durante seis minutos. También aseguró haber perdido la memoria durante un mes a causa del fuerte impacto. 

En el Gran Premio de Bélgica de 2001, el piloto brasileño sufrió un accidente que le dejó apartado de la categoría reina para siempre. En un choque con su compañero de equipo, Eddie Irvine, Burti se fue directo contra las protecciones de neumáticos a una velocidad escalofriante: 300 km/h. No pudo terminar la temporada y pasó los tres años siguientes siendo piloto de pruebas de Ferrari, a la vez que tomaba medicación para evitar las convulsiones provocadas por el accidente. 

El piloto polaco sufrió un accidente durante el Gran Premio de Canadá de 2007 que quedó grabado en la mente de muchos espectadores. Kubica tuvo contacto con Jarno Trulli, por lo que entró muy pasado a una curva y salió despedido cuando tocó la hierba; cuando aterrizó dio una vuelta de campana atravesando el circuito hasta que unas protecciones frenaron la trayectoria del monoplaza. Lo más sorprendente es que solamente sufrió un esguince de tobillo, pero el equipo le prohibió competir en el siguiente Gran Premio y fue sustituido por Sebastian Vettel. 

En el Gran Premio de Hungría de 2009, una tuerca que salió despedida del coche de Rubens Barrichello impactó directamente contra el casco del piloto brasileño a altas velocidades. Como es lógico, tras un impacto así, Massa perdió el conocimiento y chocó contra las protecciones. No pudo volver a competir durante esa temporada, pero pudo regresar de cara a 2010. 

El accidente más aparatoso de los últimos años lo protagonizó el piloto francés durante el Gran Premio de Baréin en 2020. En la salida, tuvo un toque con Daniil Kvyat que lo mandó contra las protecciones, solo que el impacto no fue uno cualquiera: el monoplaza quedó partido en dos y comenzó a arder de manera inmediata. Además, Grosjean se quedó encajado entre medias de las protecciones. Por suerte, reunió fuerzas para salir por su propio pié. Las quemaduras que sufrió en las manos requirieron de varias cirugías, pero eso no le ha impedido competir en la IndyCar desde entonces.