Cuándo se deben cambiar los neumáticos de un coche
Por norma general, los neumáticos se cambiar entre los 40.000 y 60.000 kilómetros
Los neumáticos también caducan: no se deben usar después de 8 años de su fabricación
Los neumáticos son uno de los elementos más importantes en la seguridad de un coche. Piensa que son los únicos elementos que están en contacto con el asfalto y de su buen estado depende la seguridad, el rendimiento y la eficiencia de un vehículo.
No obstante, como casi todo en la vida, el uso de los mismos provoca desgaste (sin contar con posibles golpes o deformaciones), por lo que llega un momento en que las ruedas hay que cambiarlas y aquí surge la gran pregunta que todos alguna vez nos hemos hecho: ¿cuándo se deben cambiar los neumáticos de un coche?
Como te decimos, con el paso del tiempo, y sobre todo de los kilómetros, los neumáticos comenzarán a desgastarse y perderán su capacidad de tracción y frenado y esto afecta de manera importante a cómo el coche se comporta y a sus capacidades de protegernos en determinadas situaciones.
Cuándo cambiar los neumáticos
Por norma general, los neumáticos hay que sustituirlos cuando se desgastan, algo que varía mucho en función del tipo de coche, el estilo de conducción, el tipo de carreteras por las que circulemos, etc. Lo habitual para un coche de turismo con tracción delantera es cambiar las ruedas delanteras cada 40.000 km y las traseras, cada 60.000 km.
Si no haces tantos kilómetros, aunque no lo sepas, los neumáticos también "caducan" y conviene sustituirlos antes de que cumplan 8 años desde su fabricación. Esa fecha de fabricación viene grabada en la parte lateral del mismo, en un formato de cuatro dígitos: los dos primeros se refieren a la semana del año y los dos últimos al año de realización. Por ejemplo, si lees "2719", se refiere a que fueron fabricados en la semana 27 de 2019.
Además, tras cinco años de uso, deberías llevar tus neumáticos para que sean inspeccionados por un profesional al menos una vez al año.
Estas son las normas generales, que siempre has de tener en cuenta, pero, obviamente, has de estar atento a una serie de signos de desgaste que te indicarán si debes proceder a cambiar los neumáticos antes o después.
Banda de rodadura
Es la zona central del neumático, el caucho que, en su circunferencia, hace contacto con la carretera. La función principal de la banda de rodadura de un neumático, aparte de mantener el contacto con el asfalto, es desviar el agua de debajo del neumático para mejorar la tracción y evitar el aquaplaning en carreteras mojadas.
Esta parte es la que más se desgasta. La profundidad del dibujo de unos neumáticos nuevos es aproximadamente de 8-9 mm. Legalmente (puedes ser multado y no pasarás la inspección de la ITV), puedes conducir con ellos hasta que lleguen a una profundidad mínima de 1,6 mm en el 75% del ancho de la banda y alrededor de toda su circunferencia.
Sin embargo, por seguridad es recomendable que cambies los neumáticos cuando lleguen a 3 mm, ya que, a partir de esa cifra, las ruedas comienzan a desgastarse rápidamente. Para medir esto, puedes usar un medidor específico (cuestan menos de 10 euros) o una moneda de euro (si el borde dorado está tapado, el neumático es todavía apto). Los neumáticos no se desgastan de manera uniforme, así que asegúrate de medir en varios puntos desde el exterior al interior de sus neumáticos.
Laterales del neumático
Comprueba si hay bultos o burbujas anormales en la pared lateral. El flanco es la superficie del neumático fuera de la llanta que está frente a ti cuando el coche está aparcado y lo ves desde un lateral. Un abultamiento indica que el marco interno rígido del neumático se ha dañado y agrietado, permitiendo que la presión de aire llegue a las capas externas flexibles del neumático. Cualquier neumático con abultamientos en los flancos debe ser reemplazado inmediatamente, independientemente del estado de la banda de rodamiento.
Este tipo de daños pueden ser causados por un bache, pasar por encima de un bordillo o conducir con baja presión en los neumáticos. Lo recomendable es que no sigas conduciendo con un neumático que tenga un abultamiento en el costado. Esto indica que la integridad estructural del neumático se ha reducido considerablemente, lo que aumenta en gran medida la probabilidad de un fallo o reventón repentino si circulas a velocidad alta en una autovía o autopista.
Grietas y pinchazos
Siempre y cuando sean superficiales, las grietas no representan un peligro inminente para la seguridad de tu coche. Sin embargo, las microfisuras del neumático son prueba de un importante nivel de desgaste del caucho. La pérdida de elasticidad influye en el rendimiento, por lo que la sustitución puede ser necesaria.
Un pinchazo es, quizás, la razón más obvia para cambiar un neumático, aunque dependiendo de la gravedad del pinchazo, pueden repararse. Nuestro consejo es que, si sufres un pinchazo, sustituyas la rueda porque, a pesar de la reparación, puede tener vicios ocultos que afecten a la seguridad y rendimiento del automóvil.
Cambiar las ruedas del coche: recomendaciones
Si no te queda más remedio que cambiar los neumáticos, has de tener en cuenta una serie de consejos. El primero es siempre sustituirlos de dos en dos o de cuatro en cuatro. Es decir, cambia los dos del mismo eje. Una opción, es pasar los traseros, si están en buen estado, ya que sufren menos degradación, al eje delantero y poner los nuevos atrás (se limitan las pérdidas de adherencia). Ten en cuenta que los neumáticos de un mismo eje han de ser totalmente idénticos (misma marca, mismas dimensiones, mismos índices de velocidad y de carga). Y, sobre todo, elige las dimensiones homologadas por el fabricante del vehículo.
Como ves, cuándo cambiar un neumático depende de muchos factores (uso, anomalías, kilómetros recorridos, edad, etc.), pero lo más importante es que prestes atención a este elemento porque, además de por seguridad, condiciona las prestaciones y el consumo de tu coche.