En plena crisis sanitaria por la expansión de coronavirus, en Bath, Inglaterra, se ha llevado a cabo una media maratón que ha congregado a más de 6200 corredores. Todos los participantes iban desprotegidos, sin mascarilla, tomando como única precaución no chocar las manos con los espectadores presentes.
La carrera no contaba con la aprobación de las autoridades locales, aun así se llevó a cabo. Las críticas no se han hecho esperar, aunque Andrew Tylor, el director de la carrera, asegura que él ha seguido las recomendaciones de las autoridades. “Yo soy un humilde ciudadano de Bath, y tengo que seguir con los consejos de los oficiales de aquí” ha declarado.