El Real Madrid se llevó el triunfo (2-0) ante el Barcelona en el partido de vuelta de la Liga. Los blaugranas no vieron puerta y Leo Messi acumula cinco Clásicos sin marcar a los blancos. El argentino no celebra un gol desde que Cristiano Ronaldo saliera del conjunto madridista.
El Clásico puso remedio a la crisis del Madrid mientras devolvió las dudas al eterno rival. Quique Setién, que venía de vencer en el Bernabéu dos veces con el Betis, no pudo dar la quinta victoria culé seguida en casa del eterno rival, ni hacer funcionar a un Barça que perdonó, pero que no tuvo el mordiente y la ambición local. Incluso Messi terminó desquiciado, en otro golpe a la temporada culé.
Hasta tres ocasiones muy claras se esfumaron para el Real Madrid en 15 minutos: un disparo de Isco que salvó Ter Stegen volando, otra del malagueño que sacó Piqué bajo palos y un remate alto de Benzema. A la cuarta llegó el 1-0 de Vinicius.
Al brasileño casi le hicieron el pasillo mientras el Bernabéu aguardaba sin fe, como si el balón estuviera en el centro del campo, pero ariete cortó su gafe en el mejor escenario, con un disparo que tocó en Piqué. Con 20 minutos por delante y con Braithwaite ya en el campo, al Barça le entraron las prisas. Messi confirmó que se iría de vacío cuando Marcelo le ganó la carrera enfilando solo la portería y vio una amarilla por cortar una contra en plena desesperación.
Piqué tuvo un remate de cabeza, pero el Madrid se adueñó del final, moviendo el balón con el trabajo ya hecho y la sentencia de Mariano en el descuento. Los de Zidane espantan los fantasmas del año pasado, cuando se fueron las tres competiciones por estas fechas, y el Barça se vuelve tocado, en una temporada que eso sí nadie puede dar por seguro que aún no guarde unas cuantas sorpresas.