La fama que precede al COI le hace ser un organismo bastante lento y por su naturalidad bastante complejo. Este debe ser el único argumento para que, a cuatro meses de la inauguración de Tokio 2020, y en una situación de emergencia global por una pandemia que solo hace que expandirse y dejar miles de muertos en todo el mundo, el Comité Olímpico Internacional aún no haya suspendido los Juegos Olímpicos. Y eso tendrá que suceder más pronto que tarde.
Celebrar los JJ.OO. en julio y agosto con la situación internacional actual es imposible por cuestiones sanitarias y morales. Creo que Japón superará esta crisis más pronto que nadie y seguramente tendrá su territorio casi desinfectado del maldito coronavirus pero el problema es que la celebración de la cita olímpica depende, por coherencia y por la mera tradición olímpica, de deportistas de todo el mundo.
La puesta en marcha de los Juegos Olímpicos fue puesta en duda hace ya semanas por la situación asiática pero los últimos días han dado una vuelta de 180º a la situación. El coronavirus se ha expandido a más de 150 países y las curvas de contagios en cada uno de ellos se dispara con cada actualización en el recuento.
Aunque Japón, o incluso su vecina China, controlen la situación la cita olímpica es inviable. ¿Alguien se imagina la participación de deportistas italianos o españoles? ¿De atletas británicos y la negativa de tomar medidas de su gobierno? ¿O de deportistas de todo el continente americano donde el virus llega ahora con cada vez más fuerza y donde su curva está muy lejos de estabilizarse?
¿A los deportistas de África donde muchos de sus gobiernos niegan la existencia del virus en su territorio o, desgraciadamente, no cuentan con mecanismos de detección? ¿Sería seguro atraer a una Villa Olímpica a todos ellos? Por supuesto que no.
Los Juegos no podrán disputarse en Tokio ni en Marte. Lo que tenemos que tener claro -y el COI también- es que la cuestión no es el ‘lugar’ (Japón), si no del ‘contenido’ (deportistas). ¿Os imagináis un brote de coronavirus en plena Villa? ¿En plena competición? ¿Qué ocurriría?
¿Se enfrentaría el COI a una suspensión olímpica en plena celebración después de no hacerlo ni en la ‘Tragedia terrorista de Munich’ y tras las múltiples advertencias que estamos leyendo estos días? ¿Creéis que el COI correrá ese riesgo? Hoy, a cuatro meses vista, podemos dar por seguro que la expansión y crecimiento del coronavirus no estará finiquitada en el mes de julio.
El riesgo permanecerá y es algo claro que el COI no debe ni comentará ese error. Nos vemos en Tokio en el verano de 2021… o en 2022.