Llanes acoge el primer gran premio de golf de medios de comunicación con un especial homenaje a Celia Barquín
cuatro.com
06/07/201918:45 h.Lo primero que voló sobre la cuesta de Cué no fue una bola de golf sino el francés Leonce Garnier que, en 1919, se posó con su avión sobre lo que hoy es la llanada que alberga el campo municipal de golf de La Cuesta, situado en la cima de un monte entre la Sierra del Cuera y el mar. Asombrosamente, este campo de aviación, profusamente utilizado durante la guerra civil, estuvo operativo hasta 1963, fecha en la que se desmanteló.
Hoy, jubilosamente, es un magnífico campo de golf con las mejores vistas que cualquier golfista haya podido disfrutar nunca. En este lugar, que hace honor al eslogan turístico de la región: “Paraíso Natural”, se celebró los días 2 y 3 de julio de este año 2019, el primer Campeonato de Medios de Comunicación de España organizado por la Asociación Española de Periodistas Jugadores de Golf (AEPJG) con Miguel Carnero como máximo responsable del acontecimiento. Participaron 20 equipos, 16 de medios de comunicación y cuatro de patrocinadores, formado cada uno de ellos por dos jugadores.
Tal vez imbuidos por el paradisiaco emplazamiento, tal vez porque en Llanes no faltaron ni la sidra ni el buen humor, el ambiente de camaradería fue excepcionalmente bueno, teniendo en cuenta que allí se juntaron, al menos, 32 tiburones de la información, esos que se disputan cada día, a dentelladas, las primicias que ofrece el panorama español, nada escaso, por cierto, de escándalos, de políticos de moral distraída o de síes y noes inabordables, de higadillos varios y hasta de algún suceso de interés. Que los hay.
Dos días de competición a cara de perro, entre aviesas sonrisas de complacencia y mohines diversos entre la decepción y el alborozo. Que de todo hubo, siempre, claro está, en un ambiente trufado de caballerescas muestras de respeto e inconfesables guiños de ¡toma ya! o de ¡te jl,7¡ Herodes! Lo que se conoce como “golf versallesco”. El lector me entiende.
Pero sí, lo cierto es que el gesto y la emoción que imperaron fueron el asombro y la risa. El primero por el propio campo: indescriptible. Lo segundo porque, en el fondo, todos fueron allí a ganar, sí, pero a reír también. La competencia, si es hilarante, sienta mejor a la digestión. Porque, oído al parche, los anfitriones no se quedaron cortos en agasajos.
Asturias, y Llanes en particular, son tierra de acogida, un espacio en el que los locales saben disfrutar de la vida y, por ende, saben transmitir ese sentimiento al visitante. Ivan García, el Concejal de Deportes del ayuntamiento, estuvo al quite en todo momento. En su compañía, los participantes disfrutaron de un estimulante paseo por la villa, un secular puerto de pescadores al que el turismo ha añadido el atractivo de la mejora urbana y la abundancia de locales donde disfrutar, con efe de festín, de la riquísima gastronomía local.
A todo esto, al deporte, al turismo y a la buena compañía ayudaron los patrocinadores, ADARSA entre los principales, el Ayuntamiento de Llanes, un gran número de pequeñas empresas locales y, naturalmente, el gran hacedor de este fastuoso evento: Carlos Marín, un llanisco de pro al que, en esto del golf, no se le pone nada por delante, su empresa Cm Golf , radicada en Madrid, es una de las más prestigiosas de este sector.
El final, ya relajados, con un vaso en la mano en vez de un palo, nos llevó hasta el puerto para disfrutar de la entrega de premios amenizada con una novedosa sidra rosada de Pomar y alguna que otra vianda propia del lugar. Hubo allí, aplausos, chanzas, brindis y la algarabía propia de un grupo de compañeros y amigos compartiendo el triunfo de los unos y la esperanza de triunfo de los otros. De esos que esperan, ya impaciente, que la cosa repita para mayor gloria del golf, de Asturias y de Llanes.