Hace apenas una semana un entrenador anunciaba dejaba el baloncesto harto de escuchar insultos por parte de los padres de los jugadores. Era el caso de Sergio Balaguer, que anunciaba en redes sociales que se había cansado de la actitud y el menosprecio en las canchas. La historia de Balaguer se hizo viral e incluso Pau Gasol salió en su apoyo.
En esta ocasión hablamos de un gesto deportivo que debe prevalecer en todas las canchas. Ocurrió en un partido entre el Valencia Basket y el Club Deportivo Promete de Logroño. Cuando Anna Gómez, jugadora del Valencia estaba organizando un ataque, su rival se resbaló. En lugar de aprovechar el error del rival, la jugadora no dudó en parar la jugada e interesarse por el estado de su compañera.
Afortunadamente no pasó nada y el partido se reanudó con normalidad. Gestos como este hacen grande a este deporte.