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Grandes gestas del deporte para recordar en cuarentena: Jamaicanos sobre hielo

  • Soñaban con participar en los Juegos de Invierno y lo consiguieron

La historia del deporte mundial está plagada de grandes gestas, algunas de ellas tan históricas como insólitas. En esta tradición se inscribe el equipo jamaicano de bobsleigh que llamó la atención del mundo durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988. Un grupo de caribeños en Canadá, uno de los países más fríos del planeta, practicando un deporte que les era casi desconocido. ¿Qué podía salir mal?

La semilla

Howard Siler era un antiguo 'bobsledder' que llegó a ganar un bronce mundial en 1969 representando a Estados Unidos en Lake Placid. Tras retirarse, también sirvió como técnico para la federación estadounidense antes de embarcarse en la aventura jamaicana. Se le ocurrió crear un equipo nacional de bobsleigh en el país caribeño y pensó que lo mejor sería acudir al ejército.

Los protagonistas

Allí reclutó al teniente Devon Harris, el capitán Dudley Stokes, el soldado Michael White y el ingeniero Samuel Clayton. Los cuatro aceptaron un reto que parecía descabellado, pero que acabó convirtiéndoles en más famosos de lo que nunca hubieran imaginado. Lograron la clasificación para los Juegos y en Calgary finalizaron últimos, llegando incluso a volcar en una bajada, pero fueron los favoritos del público y se ganaron el respeto del deporte por su determinación.

El florecimiento

La semilla ya estaba sembrada y el equipo jamaicano tuvo continuidad en el tiempo. Logró la clasificación para los Juegos de Albertville'92, donde fue 24º, y también para Lillehammer'94, donde siguió sorprendiendo con el puesto 14º, el mejor de su historia. La velocidad de los jamaicanos, de sobra demostrada sobre la pista de atletismo con figuras como Usain Bolt, les permitía realizar unas salidas espectaculares que rentabilizaban a pesar de sus bajadas algo caóticas.

El legado

La historia de superación de los 'bobsledders' jamaicanos penetró en la cultura popular gracias a Disney, que la llevó al cine en 1993 bajo el título 'Elegidos para la gloria'. Con la dirección de Jon Turteltaub, la película se rodó en tono de comedia familiar y consiguió aumentar aún más la fama de aquellos cuatro 'locos' que soñaban con ser rápidos también sobre el hielo.