La selección española se plantaba en Cuartos de Final del Mundial de Sudáfrica 2010. Una ronda a la que se había llegado a considerar maldita; España prácticamente siempre caía en Cuartos, era como una tradición. Aunque se había roto en la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza, con esa bendita tanda de penaltis ante Italia.
Pero quedaba por romperse en el Mundial. Las participaciones de la selección a lo largo de la historia no habían sido muy reseñables a lo largo de la historia en dicho torneo. Un cuarto puesto en Brasil 1950 era la mayor hazaña. En el recuerdo, un montón de fracasos: el robo de Al Ghandour ante Corea, la frustrada ‘retirada’ a Zidane, la cantada de Zubizarreta ante Nigeria con la que no pasamos de la fase de grupos, el codazo de Tassoti a Luis Enrique o aquel gol fantasma de Michel a Brasil en México 1986 que nos privó de alcanzar las semifinales.
Una maldición que tenía que romperse en Sudáfrica 2010. España llegaba de ser campeona de la Euro 2008, asombrando al mundo con el tiki-taka, un sistema de juego combinativo, derivado del Barça de Guardiola, que también funcionaba en la selección nacional.
Aunque lo cierto es que el Mundial no comenzó muy bien para la selección; ya que todo arrancó con una derrota sorprendente ante Suiza, que despertó fantasmas del pasado. Pero se ganaron los dos siguientes partidos del grupo ante Honduras (2-0) y Chile (2-1) para pasar como primeros de grupo.
En Octavos tocó hacer frente a la Portugal de Cristiano Ronaldo, una selección temida por tener en su plantilla a uno de los mejores jugadores de la historia. Un gol del ‘Guaje’ Villa sirvió para seguir el camino y ganar por 1-0 al país vecino para llegar a los temidos Cuartos de Final.
España alcanzaba por quinta vez los Cuartos de Final en la historia de los Mundiales, una barrera que nunca se había superado. Un partido que comenzaba con esa losa a nivel psicológico de la que los jugadores se tenían que abstraer para continuar en el torneo.
Y el partido no comenzó bien. La selección paraguaya, entrenada por el ‘Tata’ Martino, sabía lo que tenía que hacer. Desde el principio del encuentro apretó con fiereza y los jugadores de la selección no eran capaces de realizar ese juego combinativo que tantos buenos resultados les estaba dando. La cosa pudo cambiar mucho si se hubiera concedido un tanto que anotó Nelson Haedo Valdez; un gol que fue legal, pero los árbitros anularon.
Nada seguía yendo bien y, en la segunda parte, el partido se complicó mucho más. A la salida de un córner, Piqué cometió un clamoroso penalti por agarrón a Cardozo. El colegiado no dudó y señalaba la pena máxima.
El propio Cardozo era el encargado de lanzarlo, uno de los mayores especialistas del mundo. En su carrera lanzó 34 penaltis y solamente falló cuatro. Uno de ellos, el más decisivo de su vida. Casillas detuvo el lanzamiento con una estirada magistral, fruto del consejo que le había dado Pepe Reina, quien le chivó por dónde lo ejecutaría. Casillas le dedicó la parada decisiva.
En la jugada siguiente, Villa se plantaba prácticamente solo ante el guardameta de Paraguay pero el último defensor cometió penalti. Era la oportunidad y Xabi Alonso anotó gol, pero el árbitro mandó repetir debido a que habían entrado jugadores dentro del área. En el segundo intento le entraron las dudas al donostiarra y Justo Villar, meta paraguayo y con experiencia en la Liga Española, detuvo el penalti. En el rechazo el propio guardameta, ex del Real Valladolid, cometió un penalti clarísimo que los árbitros no señalaron, y eso que el linier estaba pegado a la jugada.
El partido podía haber caído para cualquiera de los dos lados, hasta que llegó el minuto 81. Iniesta cogió el balón en el centro del campo, trianguló con Xavi y Cesc y, el de Fuentealbilla, se plantó en la frontal del área tras dejar a varios rivales paraguayos por el camino. Con la claridad que le caracteriza, sirvió un pase en bandeja a Cesc Fábregas, quien estrelló el balón en el poste.
Pero en la segunda acción, la pelota le llegó a los pies a David Villa, quien definió con calma, ajustando la pelota al palo contrario, donde se estrelló antes de cruzar la línea de gol y darle a la selección española el primer pase a semifinales de su historia. Paraguay incluso tuvo una doble ocasión en los minutos finales, pero Iker Casillas hizo una doble intervención en el que fue uno de sus mejores partidos con ‘La Roja’.
Alemania estaba esperando con ganas de revancha tras la final de la Eurocopa 2008.